Capítulo 29

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Esme se encontraba sentada en el reposabrazos del sillón individual dónde estaba sentado Carlisle, este tenía ambas manos unidas tapando su boca mientras sus codos se recargaban en sus rodillas.

Esme estaba abrazando a su esposo y dándole caricias leves en su espalda y algún beso en su hombro. Esto para tranquilizar la angustia de Carlisle lo que, gracias al vínculo de compañeros, funcionaba.

Jasper lo sentía más tranquilo que antes, pero una pizca de preocupación seguía presente, y su semblante serio no mostraba otra expresión.

De repente escucharon un auto acercarse.

Antes de salir del castillo, Aro pidió despedirse de los Cullen con una reunión de advertencia.

Cabe destacar que Edward, Alice e Isabella, pensaban de Demetri como aquel guardia que los escoltaba. Aunque debido a su permanencia al lado de Annabeth, se mantenían alerta, pero sus pensamientos estaban muy lejos de la realidad.

El ambiente era tenso, pero, como siempre teatral, Aro se acercó a ellos

- Oh, queridos amigos. - Inicia su discurso. - Muchas veces se nos da la oportunidad de corregir nuestros errores, pero estos tienen consecuencias. - Hace una pausa. - ¿Estarán dispuestos a pagar el precio para seguir adelante? - Preguntó dirigiéndose más específicamente a Edward. - Si tan solo estuvieras dispuesto a convertirla. - Dijo con voz soñadora mientras se avanzaba hacia la humana.

- No te le acerques. - Advirtió Edward recibiendo gruñidos de los guardias incluyendo Demetri y Annabeth.

Mientras tanto, Alice buscaba desesperadamente en su don alguna salida.

- Bella será una de nosotros, lo he visto. - Dijo, apresurándose a extender su mano. – Anne lo dijo, lo haré yo misma si es necesario.

Aro miró disimuladamente hacia el rastreador y su pareja. Ya había trato, pero no querían que los Cullen lo supieran debido a su atracción a los problemas.

Miró hacia Alice tomando su mano entusiasmado.

- Fascinante, ver lo que has visto antes de que suceda. - Además de la visión de la humana, también pudo ver aquella confrontación con su viejo amigo Carlisle. Rápidamente lo envío hacia lo profundo de su mente por el entrometido lector y soltó la mano de Alice. - Adelante...- Aro se divertía con las expresiones aturdidas de los Cullen e Isabella, incluso Annabeth y Demetri tenían que contener su risa.

- Aún no. - Se apresuró Alice.

- ¡Claro! por su padre el jefe de policía. - Recordó Aro de las memorias de Annabeth. Alice asintió. - Vayan y hagan sus preparaciones. - Les liberó.

Con una elegante reverencia de parte de Demetri y Annabeth, además de un incómodo asentimiento de los Cullen e Isabella, se retiraron de la Sala de Tronos.

Antes de salir del castillo, Demetri detuvo su andar y el de su compañera, convenció al rey Marcus de encaminarse ellos mismos al Jet Vulturi.

- Señorita Annabeth, de parte de los maestros, la invitó me acompañe a su transporte. - Invitó extendiendo su mano elegantemente y con una suave voz.

Annabeth amaba escucharlo hablar de manera tan formal y profesional.

- Sea mi guía, joven Demetri. - Dijo entregando su mano, siguiéndole el juego.

- Annabeth. - Llamó Alice. - ¿No vendrás con nosotros? - Preguntó temerosa.

- ¿Nos dejarás? - Preguntó Isabella con voz cansada.

- Marcus accedió a usar su Jet privado. - Dijo Edward. - Parece que te aprecian, Annabeth. - Se burló.

Demetri tuvo que tragarse su gruñido.

En Volterra están prohibidas las peleas.

- No despreciaré la gracia de los reyes. - ignoró a sus hermanos y a la humana.

- Es hora. - Comentó Demetri. - Por aquí, querida Beth. - Guío y el apodo no pasó desapercibido para los Cullen quienes miraron a Annabeth interrogantes.

Annabeth se despidió con su mano libre y se dejó guiar.

En Forks, Alice, Edward e Isabella, estaban de camino a la casa de la última.

Charlie abrió la puerta para encontrarse con aquel que puso a su hija en un estado depresivo.

Edward convenció a Charlie de llevar a Isabella a su cuarto e irse inmediatamente después.

Annabeth y Demetri volvían a su primer amor, parecían recién casados. Ambos en el Jet Vulturi, Demetri con su cabeza en el regazo de Annabeth, ella acariciando su cabello o delineando su rostro. De vez en cuando, Demetri hacia el gesto de querer morder los dedos de ella cuando estos se acercaban a su boca, lo que causaba las risas de ella y algún golpe leve al pecho de él, desencadenando la debilidad de Demetri: cosquillas.

Alice y Edward llegaron a la casa Cullen esperando que Annabeth también los estuviera esperando.

Al salir del auto, la puerta de la casa se abrió para dar pasó a un Carlisle aliviado, sentimiento que le duró poco al no ver salir a nadie más del vehículo.

Jasper corrió al lado de su esposa al verla, pero también al sentir la irá crecer en Carlisle.

Carlisle respiró innecesariamente profundo como método para controlarse. Esto fue la señal de Esme para colocarse a su lado y así lo hizo abrazando su torso por la espalda, y funcionó, cosa que hizo que Jasper asistiera a Esme para confirmarle que permaneciera en su lugar.

- Es bueno tenerlos de regreso. - Saludó Carlisle. - Ahora. - Alice tragó en seco. - ¿Y mis hijos?

Aquella pregunta descolocó a más de uno de su lugar. Edward dio un paso al frente al creer que, además de Annabeth, él era el otro hijo.

- Yo...- Empezó Edward. - Lamento mucho haberlos preocupado. - Se disculpó sinceramente. - Y las molestias que les causé.

Pero la expresión de Carlisle se endureció un poco, parecía que mantenerse en calma tomaba todo su autocontrol. Miró hacia abajo apretando sus ojos mientras asentía.

Carlisle de verdad estaba intentando entender porqué Annabeth y Demetri no habían regresado, ¿Qué pasó en Volterra?

Varias circunstancias pasaban por su cabeza, "tal vez se quedaron más tiempo allá", "tal vez los reyes los entretuvieron", "tal vez algo malo ocurrió", "tal vez no lo lograron", rápidamente sacudió sus pensamientos negativos y uno nuevo vino como consuelo "Están juntos".

Al sentir el cuerpo más relajado de Carlisle, Esme se permitió acercarse a Edward para darle un abrazo mientras lo reprendía por semejante estupidez que casi cometió.

- ¡Jamás vuelvas a hacerme esto! - Le dijo Esme mientras lo abrazaba. - ¿Tienes idea de la angustia que me has hecho pasar? - Comentó Esme frustrada. Esto ya había pasado antes, el hecho de que Edward se fuera por un tiempo, claro, bajo circunstancias diferentes, pero nunca le creyó capaz de querer suicidarse.

- ¿Dónde está Anne? - Preguntó Rosalie. - ¿Por qué no vino con ustedes? ¿La abandonaron en Volterra? - Preguntó hablando rápido y sin darse cuenta que la expresión de Carlisle se endurecía cada vez más.

- Hablemos adentro. - Sugirió Carlisle con falsa calma.

Y se dirigió adentro de la casa sentándose en dónde se había sentado previamente.

Edward llegó primero y pidió permiso para ir a ver a Isabella.

Sinceramente, Edward estaba aterrado por la mente de Carlisle y su expresión, sólo quería asegurarse de que Isabella estuviera a salvó y pensar en sus palabras antes de enfrentar a Carlisle.

Por otro lado, el patriarca no quería ver el rostro de Edward en estos momentos, no quería ver a nadie más que a su hija Beth junto a Demetri, pero quería saber qué sucedió en Italia, pero no de Edward, no por ahora.

Así que dejó que se fuera.

Confía en mí [Demetri Vulturi] (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora