Capítulo 57

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La Guardia y los invitados llegaron al castillo de Volterra.

Eran escoltados por Jane y Fred. La primera agradecía que Annabeth pudiera ver en estos momento, hasta cierto punto; también que Demetri tuviera su atención en su compañera y que Félix no fuera de los que notaran detalles; además de los invitados que estaban demasiado nerviosos como para fijarse.

Jane sostenía el meñique de Fred con su mano. En estos días juntos, su vínculo se fortaleció lo suficiente como para que la fría Vulturi permitiera el contacto físico con su compañero.

Aunque Jane solo hubiera mostrado ese pequeño avance, Fred lo recibía con brazos abiertos, disfrutando de su contacto bajo una máscara de indiferencia, que había mantenido en su tiempo con el ejército de neófitos y perfeccionado en su tiempo con los gemelos.

Salieron del ajustado elevador, Jane y Fred dejaron pasar a los invitados y a sus compañeros de la Guardia primero.

- Tenemos mucho que hablar.- susurró Annabeth a Jane al pasar frente a ella.

Jane, bajo su máscara, tenía los ojos abiertos como platos.

Si la pareja fuera humana sus mejillas hubieran explotado.

Pero suspiró cuando nadie más que ellos tres entendieron de lo que se refería.

Jane y Fred siguieron tras la guardia uniendo sus manos de nuevo, ella tomando el meñique de su compañero, sin ninguna mirada de por medio.

Llegaron a las grandes puertas, fue ahí donde Félix se adelantó para abrirlas.

No había secretaria ni ningún vampiro se les había cruzado.

Querían que está reunión fuera lo más discreta posible.

El sonido de las puertas pesadas al abrirse inquietó a las hermanas, que se apegaron las unas a las otras y a su hermano Nahuel, a pesar de ser uno de los menores.

Entraron y, como siempre, Aro los recibió.

- Ah, que maravilla ven mis ojos y escuchan mis oídos.- empezó el rey.- mejillas rosadas, temperaturas inusuales y extraños corazones.- se acercó pero solo unos pasos, tratando de no incomodar a los híbridos y a Huilen.- Guardia.- Saludó.

Rápidamente estaban frente a Aro, y por ende, frente a los reyes, arrodillados, Félix, Annabeth y Demetri. Estos últimos se mantenían cerca del otro, la primera por orientación, Demetri para asistirla.

- Maestros.- respondieron al saludo.

- Descansen.- permitió y se pusieron de pie.- Oh, Annabeth querida.- se acercó a ella acunando su rostro.

- Maestro, hubo complicaciones.- explicó ella.

- Fue mi culpa, mi rey.- habló Demetri.- me descuidé un segundo y...

- Shhh.- lo calló Aro.- permíteme.- pidió su mano e inmediatamente Demetri la extendió.

Aro vió su travesía y la confrontación y caza por el infractor.

>> Interesante...- se dirigió a Félix y vió su punto de vista, y por último a Annabeth.- permiso, querida.- tomó su mano y Annabeth quitó su escudo mental.

Esto le ahorró a Aro el tocar a el sucio espécimen de Johan.

Aro vió la pelea entre Annabeth y Johan y cuando ella logró someterlo ante su don, desencadenando la alteración del mismo. Además vió las memorias del vampiro a través de ella.

Ciertamente era menos perturbador no tener que experimentarlas de primera mano.

La sonrisa de Aro comenzó a escabullirse en su cara, haciéndola cada vez más grande por la emoción que sentía al tener la ejecución cercana.

Confía en mí [Demetri Vulturi] (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora