Capítulo 8

5.1K 404 9
                                    


Nací y me críe en el seno de una familia armoniosa.

Éramos mi padre, mi madre, mi hermano mayor, Miguel, y yo. Juntos en una época de agitación religiosa.

Mi abuelo, un pastor anglicano, muy religioso, conducía cacerías de seres sobrenaturales, no tardó mucho tiempo en incluir a mi padre y hermano en sus persecuciones.

Mis padres no me habían forzado a un matrimonio cuando cumplí quince años, era muy común en esa época. Mi padre me prometió que, al volver de la cacería, nos llevaría a mi hermano y a mí a conocer a sus amigos y tal vez encontrar algún pretendiente.

Eso nunca pasó.

Mi hermano volvió con la noticia de la desaparición de nuestro padre, nada volvió a ser igual. Miguel se enlistó en el ejército para cubrir los gastos, pero, al poco tiempo, nos enteramos de su fuga con una mujer aristócrata. Tuve que vender mis vestidos y aprender a hacerlos, un rayo de sol entre las nubes grises que nos rodeaban. Mi madre recibió una propuesta de matrimonio de un joven rico, claro, con la promesa de sacarnos de la miseria pues: "nadie querría una mujer soltera de 19 años, hija de un pastor muerto, un hermano fugitivo y una madre enferma"; mi madre se negó, y ese día mis productos habían sido destruidos por un grupo de rufianes.

Cuando llegué a casa y supe de la propuesta, no dudé en aceptarla, mi madre necesitaba ayuda, sin embargo, ella me suplicó no sacrificarme por ella mas no hice caso y salí de casa hacia la residencia de aquel joven.

Ese fue el escenario perfecto: era de noche y la luna se escondía tras las nubes que anunciaban la lluvia venidera, una joven caminando sola envuelta en sus propios pensamientos, distraída de lo que sucedía a su alrededor, además de que, no había nadie más que un ser de ojos rojos que empezaban a oscurecer, suerte la mía, ¿no?

Y sucedió. De repente me encontraba en el bosque contra un árbol y un hombre intimidante, a la vez que hermoso, tan intensa aquella combinación que ningún sonido podía salir de mi boca. "No dolerá, será rápido" dijo, "Pero...sería una pena desperdiciar tu belleza, ¿Quieres quedarte conmigo?", siguió acercándose a mi garganta, y mordió.

Dolía y no podía hacer nada en contra, me sentí desfallecer hasta que él apareció, un bellísimo ángel escogido para salvarme en ese mismo momento, en medio de la nada, me tomó y llevó a una cueva donde mis gritos retumbaban contra las paredes de roca durante tres días. Antes de cerrar los ojos me prometió: "Te encontraré, mio caro", y se fue.

Desperté, en ese momento tenía sed y mucha, hubo un hombre caminando por el bosque y mi garganta quemó, reuní todas mis fuerzas para no atacarle y hui de allí llegando a mi casa, pero no sabía si mi madre me aceptaría, aún no me daba cuenta de lo que era. Mi madre me vio por la ventana y salió a recibirme, antes de que pudiera darme cuenta, ella me tenía entre sus brazos susurrando palabras de consuelo, ánimo, amor y paz.

Cuando me soltó se dio cuenta de que era diferente, mis ojos rojos, mi piel dura y fría, ella lo supo, supo lo que era... y no me echó. Trató de darme comida humana, pero sabía horrible. Pasaron días y el ardor se hacía insoportable cada vez más por lo que me había encerrado en mi habitación. No dormía y eso significaba escuchar los sollozos de mi madre, sus quejidos por no poder dormir, y su corazón peleando por mantenerse latiendo.

Estaba tan débil que no puse atención cuando abrió la puerta sino hasta que estuvo a unos pasos de mí.

Fue horrible mirar su aspecto, estaba demacrada, demasiado. Tal vez compartíamos pensamientos pues pude ver el dolor en su mirada al verme, más se seguía acercando y mi garganta quemaba, traté que se detuviera, pero ella me decía que lo hiciera, hasta la última gota.

Cada vez que hablaba me recordaba que era fuerte, valiente, valiosa, amada y su más grande orgullo. Me abrazó fuerte, como si todas las fuerzas que tenía las hubiera guardado para ese momento y me dijo que bebiera. No quería hacerlo y me negaba, pero ella se acercaba más y más.

Me aparté de sus brazos asustada, no tomaría la vida de mi madre, pero hizo algo que nunca hubiera esperado.

Tomó un cuchillo y cortó en el espacio entre su cuello y hombro y yo no...no pude controlarme.

Cuando me di cuenta, intenté apartarme, pero ella me abrazaba repitiendo que me amaba.

La drené.

Sollozando, llevé su cuerpo al bosque y allí lo vi, mi padre estaba alimentándose de un ciervo, se dio cuenta de mi presencia y del cuerpo que cargaba. Caí en mis rodillas abrazando el cuerpo de mi madre mientras gritaba que lo sentía a mi padre, que me perdonara por tal pecado.

Él se acercó poco tiempo después para abrazarme.

En silencio enterramos a mi madre cerca de la cueva en la que él estaba viviendo. Pasamos dos semanas juntos, sin hablar, sólo abrazándonos ocasionalmente o mirando el uno al otro hasta que decidió hablar y me contó lo que le sucedió y porqué no pudo regresar -nunca le culpé- y cómo consiguió sobrellevar la sed.

Vino mi turno de hablar y después él me abrazó consolándome y nunca culpándome, me pedía perdón y yo a él.

Fuimos los dos por unas décadas vagando por el bosque y, en algunas ocasiones, algunos pueblos. En uno de esos pueblos encontramos a mi hermano quien, al vernos, además de la impresión, gritó con toda su furia reclamando porqué era que seguía viva, nunca había visto a mi padre en medio de la ira, decepción y traición.

Fue la primera y única vida que él tomó.

Tiempo después nos unimos a un clan poderoso pero nuestros principios nos llevaron a dejarlo poco después, mi padre no pudo perdonarse por lo que hizo y aquel clan solo nos recordaba las vidas que tomamos. Mi padre solo lo soportó algunas décadas por mí y su "primer hijo" , pero este fue quien nos convenció de dejar el clan y así lo hicimos, recordando la promesa de que Demie se uniría a nosotros en el momento indicado.

---

- Lo siento...- Alcanza a decir Isabella.

- Ha pasado mucho tiempo de aquello. - Sonrío con nostalgia y pena.

>> Anda, pregunta. - La miro cálidamente.

- ¿Quién es Demie? - Pregunta cautelosa

- Alguien muy importante para mí y Carlisle, mi padre. - Digo mientras tomo su mano al verla en shock.

- ¿C-Carlisle es tu padre? Es decir, tu verdadero padre...- Río suavemente.

- Biológico, sí. - Miro hacia la ventana. - Ya me tengo que ir, nos veremos después, Isabella. - Acentúo su nombre y río.

- No te convenceré, ¿Cierto? - Nos levantamos y me encamina a la puerta.

- Me gusta tu nombre completo. - Empujo su hombro de forma juguetona. - Adiós, Charlie. - Digo al verlo en el sofá y él asiente.

>> Edward está en tu habitación, no le digas sobre Demie, por favor. - Susurro para que sólo me escuche Isabella.

Subo a mi auto hacia mi casa donde, al estacionar, veo a papá esperándome en la puerta, al salir del auto lo abrazo y él corresponde acariciando mi cabeza.

- Ella estaría muy orgullosa de ti. - No me di cuenta cuando empecé a sollozar.

- Eso espero...

Confía en mí [Demetri Vulturi] (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora