Confía en mí [Demetri Vulturi] (COMPLETO)

Capítulo 28

- ¿Estás segura, Annabeth? - Preguntó con calma Marcus.

-...yo...- Miró Annabeth a su esposo una vez procesó lo que había dicho ella misma. - Si...

Demetri bajo la cabeza procesando lo que estaba pasando.

- ¡Qué sorpresa! - Exclamó con falso asombro Caius.

- ¡Silencio, Caius! – lo calló Aro y el rey se encogió en su lugar.

- Tengo condiciones. - Se apresura Annabeth con voz algo temblorosa sino hasta que Demetri tomó su mano mostrándole su total apoyo. - Dejen que los Cullen e Isabella se vayan, ya lo he prometido.

>> Demetri y yo iremos con ellos hasta que la humana sea convertida, claman, Edward y ella, ser compañeros. Además, aún tengo algo que solucionar en casa, tengo una promesa que cumplir. - Explicó refiriéndose a Victoria, aunque aún intentaría detenerla.

- Permíteme, querida. - Aro se acerca a ella.

Annabeth baja su escudo y extiende su mano a Aro, quien la toma y pudo ver todo, desde su inconformidad y los problemas causados por involucrar a la humana. La pérdida del compañero de Victoria y sus ansias por venganza. La discusión entre ella y Demetri, hasta la aparición de su hermano en escena. Aro se detuvo un momento en esa escena y, dejando de lado los sucesos de por medio, se centró en aquellos que involucraban a Caius ya sea directa o indirectamente.

- Hermano, Heidi no puede esperar más. - Avisa Marcus.

Aro parece reaccionar y suelta la mano de Annabeth.

- Porque mejor no nos esperan unos momentos. - Sugiere/manda Aro. - Los llamaremos cuando hayamos terminado para... discutir los términos. - Termina y, aún con la vista perdida o pensativa, regresa a su trono.

La pareja hace una reverencia y se dirigen hacia la puerta.

- Tal vez deberías quedarte. - Susurra Annabeth mientras ella y Demetri caminan. - Aliméntate, te esperaré afuera. - Dice acariciando la mejilla de él.

No era que Annabeth aprobará los métodos de los Vulturi, pero Demetri necesitaba alimentarse, us ojos empezaban a tornarse oscuros.

No es como si ella tuviera un mejor aspecto, pero aún se preocupaba más por su compañero.

- Estoy bien. - Respondió y siguieron caminando.

En el pasillo se encontraron con Heidi y un grupo de personas, de todas las edades, siguiéndola y, detrás de ellos, los tres guardias Jane, Alec y Félix.

Si bien, Annabeth gozaba de autocontrol, el reencuentro con su compañero y lo sucedido hace unos minutos, agotaron sus energías, pero no cedería.

Siguieron caminando hasta un pasillo solitario, donde decidieron esperar.

- Annabeth. – Alice salió de la habitación delante de donde ellos esperaban. - Lo que... pasó allá...

- ¿Por qué lo hiciste? – salió Edward detrás. - Si Carlisle se entera...

- Lo hará y no le importará. - Declara firme Demetri.

- ¿Quién eres tú para hablar por él? - Pregunta Edward. 

Demetri solo ríe.

- Edward, no...- Le advierte Alice.

- Annabeth... ¿Estás bien? - Habla Isabella.

- Prepárense, se irán al anochecer. - Dice y los demás no encuentran más espacio para preguntar, así que vuelven a la habitación en silencio.

- ¿Anne? - Llama Alice y Annabeth detiene su paso al planear irse, más no voltea. - Yo....Gracias. - Expresa.