Confía en mí [Demetri Vulturi] (COMPLETO)

Capítulo 67

El gran anuncio había sido dado.

El asombro aún plasmado en los rostros de los testigos y aliados.

Marcus se acercó a su hermano Aro y rozó sus dedos con los de él, transmitiendole sus pensamientos.

Edward salió de su asombró al leer lo mismo que Aro en la mente del rey Marcus.

Tanto Aro como él miraron al pequeño Demeanne que solo tenía ojos para Annabeth y Demetri.

Demetri y Annabeth miraron al pequeño y Demetri le guiñó el ojo y Annabeth le mando un beso.

Demeanne se sonrojó y bajó su mirada sonriendo.

Edward sabía en el fondo que Demeanne no era completamente suyo, que el título le quedaba muy grande y le dolía no ser quien Demeanne necesitara.

Era un niño inteligente, si los escogía a ellos no lo retendría, dolería por un tiempo, pero si Demeanne era feliz y estaba seguro, a salvo, entonces no pediría nada más.

Aro estaba fascinado con el vínculo tan fuerte entre la pareja, parte de su guardia, y el pequeño Cullen.

Ni siquiera se habían visto pero ya añoraban al otro mientras estuvieron lejos.

- Son despedidos, amigos míos, queda un asunto pendiente con nuestros anfitriones.- anunció Aro.- pero pueden irse.

Rápido y sin rechistar, los testigos de los Vulturi se fueron.

También se despidieron de las esposas de los reyes y su guardia, quedando los Reyes y su Guardia Élite.

Carlisle miró a sus aliados y les asintió.

Varios nómadas y clanes se fueron, siendo los primeros el restante clan Rumano.

Los únicos que se quedaron fueron los Denali, siendo los más cercanos al clan anfitrión y algún curioso, como lo era Benjamin, y por su causa, el clan Egipcio.

- Aro, probablemente podremos hablar en un lugar más cómodo.- invitó Carlisle.

- ¡Car-

- Nuestra residencia no queda muy lejos de aquí.- Edward interrumpió la queja de Isabella.

- Por supuesto.- señaló Aro y Carlisle y Esme fueron quienes guiaron a los reyes, los demás del clan Olímpico y Denali los siguieron después de la Guardia.

Cuando Demetri y Annabeth los pasaron, Demeanne sacudió la mano de su padre.

- ¿Puedo ir con ellos? - le pidió.

- No, hijo, quédate con nosotros, puede ser peligroso.- respondió Isabella.

- Estará bien, Bella. Mejor que con nosotros.- murmuró lo último y se agachó a la altura de su hijo.- No te separes, ¿De acuerdo?

Demeanne asintió rápidamente.

>> Annabeth.- la llamó y ella volteó a verlo, deteniéndose junto con Demetri a su lado.

Edward señaló al pequeño que se acercaba tímido.

Annabeth sonrió en grande y módulo un "gracias".

Demetri abrió sus brazos de nuevo hacia el niño quien corrió, con mayor seguridad, llegando a los brazos de Demetri, y éste lo cargó en sus hombros.

Demeanne reaccionó con risillas sujetando la mano con la que Demetri lo sujetaba.

El pequeño extendió su otra mano hacia Annabeth quien la tomó sin dudar ni un segundo y así se fueron hasta la residencia Cullen.