Capítulo 45

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- ¿Cuánto tiempo?

- Unos minutos, tal vez 10.

- La manada debe irse, los Vulturi no honrarán el tratado con ellos.

Un neófito rezagado, salió detrás de los lobos, de Leah, para ser más específicos, y dicha loba arremetió contra él. Pero no estaba saliendo muy bien.

El neófito buscaba rodear con sus brazos a la loba y lo estaba consiguiendo. Jacob corrió a auxiliarla, pero el vampiro esquivaba sus colmillos.

Justo cuando iba a ejercer presión sobre el cuerpo de Jacob, el neófito lo soltó rápidamente tocándo su cuello, intentanto quitarse de encima una presión que parecía ser invisible. El lobo de Jacob gemía de dolor en el suelo, aunque sus heridas no eran graves, había conseguido lastimarlo. De repente, vieron el cuerpo del neófito en el suelo, su cabeza separada de este.

- Eso es humillante.- Un susurro se escuchó desde los árboles.

- Es demasiado tarde.- Otro más desepcionado.

- El lobo de la montaña me agradaba más.- Una tercera voz, más aterciopelada.

Los lobos gruñero, hacia los recién llegados, los Cullen miraban  sorprendidos, enojados, confundidos por la tercera persona que sostenían Annabeth y Demetri.

El lobo de Sam dio un paso al frente de todos, gruñendo agresivamente hacia la pelirroja. Su manada, menos los hermanos Clearwater detrás de él. Leah quiso atravesarse pero un gruñido de Sam la obligó a retroceder, sin embargo, no se unió a la amenaza contra su amiga.

- Sam, retrocede.- demandó Annabeth. - Nosotros nos haremos cargo.- habló firme pero Sam ignoraba, su mirada furiosa centrada en Victoria.

- El no es parte del equipo de ejecución, ¿Verdad? - susurró Victoria a Demetri quien negó divertido.

- Sam Uley ya no está en su jurisdicción.- llamó su atención Demetri.- sugiero que se vayan lo antes posible con su manada...- dijo sin mayor emoción en su rostro.

Sam, Paul y Jared, los principales en la manada gruñeron aún más fuerte, negandose a retroceder. Victoria tuvo miedo y Annabeth y Demetri la sintieron temblar. Comenzó a tirar de sus brazos pero sus captores no se movían.  Annabeth apretaba su brazo, sin lastimarla, para confortarla, pormetiendole en silencio que no le pasaría nada, pero Victoria tiraba más fuerte y desesperada.

Recuerdos de la muerte de su compañero llegaron a su mente, también lo tenían sujeto por los brazos, hasta que alguien llegó a arrancar su cabeza, Victoria temía que el gran lobo negro fuese ese alguien. Temblaba violentamente. Poco a poco, Annabeth y Demetri perdían su agarre.

Annabeth tomó a Victoria del mentón obligándola a mirarla, allí su temblar se detuvo, sus memorias atravesaron la mente de Annabeth quien jadeó al pasar por la muerte de James. Vaya que dolió. Pero se obligó a superarlo y ordenar que se detuviera. Y como si de una muñeca se tratara, dejó de luchar y se quedó parada, viendo hacia delante de ella y a la nada.

Annabeth la soltó, a la vez que Demetri se relajaba y se colocaba ligeramente delante de Victoria. Lentamente, Annabeth miró  hacia la manada delante de ella, respiró profundo, aunque no necesitara el aire, y habló.

- Basta Sam, ya no es una amenaza.- miró a los Cullen, Isabella y los demás lobos.- para ninguno de ustedes. No me obligues a detenerte, sabes que puedo.

- Podemos.- corrigió Demetri, se tensó e insistió.- Deben irse lo más pronto posible.

Pero Sam desconfiaba de la inmovil Victoria. Aún no entendía del todo la naturaleza de los vampiros, pero no tenía tiempo de analizarlo, si una amenaza estaba a menos de 5 metros de distancia.

Confía en mí [Demetri Vulturi] (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora