━━ LO HAGO — Susurró en el oído de Timothée, la respiración caliente provocó un hormigueo en todo el cuerpo; olía dulce, como un cálido día de verano, y Timmy se dio cuenta de que era hermosa, pero el espeso velo blanco le impidió admirar verdaderamente la obra de arte que estaba seguro que tenía frente a él.
Trató de estirar la mano y tocarla, quitarle el velo para poder ver la belleza que podía sentir irradiando su piel resplandeciente, pero sus manos nunca tocaron su suave piel, sino que la atravesaron; extendió la mano de nuevo, pero esta vez la chica estaba más lejos, su largo vestido blanco se volvió rojo carmesí mientras gritaba su nombre; trató de correr hacia ella, pero sus pies nunca abandonaron el lugar donde estaban tan firmemente plantados.
Su corazón se detuvo cuando la niña retiró el velo para revelar su hermoso rostro retorcido por el dolor, las lágrimas rodando por sus mejillas sonrosadas. Labios que seguían gritando el nombre de Timothée como si fuera él quien le causaba el dolor; el dolor que deseaba poder quitarle a la chica que ahora reconocía, su chica — (T / N) — Gruñó.
Los ojos de Timmy se abrieron de golpe, gotas frías de sudor goteando por su frente y empapando su camisa, su corazón latía ferozmente, y sus labios todavía hormigueaban por gritar tu nombre en la oscuridad, no lo había pronunciado en tres días y eso se sintió extraño en su lengua.
La lluvia golpea el cristal pidiendo entrar y empapar la solemne habitación, donde lo único que parece vivo son las rosas frescas junto a tú mesita de noche, pero Timothée no puede oírlo, todo lo que ha podido oír por última vez. Dos semanas son máquinas que emiten pitidos y tu respiración superficial.
Él te miró, su corazón se restringió al ver tu cuerpo inmóvil, tubos por todas partes, máquinas pitando, una de las únicas cosas que le decía que tu corazón seguía latiendo, que tú, su T / N, seguía viva.
Timothee agarró tu mano flácida, había pasado un tiempo desde que la sostuvo, y se encogió por lo fría que se había vuelto; tu una vez vibrante esmalte de uñas ahora estaba astillado, las mejillas que alguna vez se sonrojaron al oír la voz de Timothée ahora se desvanecieron. Si no hubiera sido por el pitido de las máquinas, Timothée habría jurado que ya te había perdido, parecías estar en blanco y negro, despojada de cualquier color vivo que alguna vez tuviste.
— Lo siento cariño, sé que no hemos hablado en un tiempo — Susurró Timmy. Su voz salió ronca y rota, no había hablado mucho en los últimos días y solo se alejó de tu lado cuando realmente tenía que hacerlo, con cuidado de evitar a tus enfermeras cuyos ojos, llenos de piedad y tristeza, solo se sumaban a los fragmentos de vidrio. Que lo cortaba más profundamente cada día.
— Realmente te extraño, más que nada... quiero que vuelvas a mí — Timothée tragó saliva y parpadeó un par de veces para contener las lágrimas antes de continuar.
— Um, dicen que tal vez puedas oírme, si puedes, bueno, no estaba llorando antes, había algo en mis ojos — Se rió Timothée, pero no había nada detrás; cerró los ojos y por una vez el sonido del pitido se fue, reemplazado por tu risa que resonó en sus oídos, llegando a su corazón, y por primera vez desde tu accidente fue como si un fragmento de vidrio se hubiera ido, en su lugar una sola tirita que cubría uno de sus cortes sangrantes.
Timothée se aclaró la garganta — La Met Gala es esta noche y sé cuánto te encanta, estoy seguro de que si te despertaras ahora harían muchas pruebas, pero después tal vez te dejarían ir — Timothee te miró fijamente, deseando que tus ojos se abrieran como si la Met Gala hiciera que abrieras los ojos — Está bien, siempre fuiste terca, me aseguraré de tomar notas sobre cómo lucen todos.
Las lágrimas, como Timothŕe se había dado cuenta las dos últimas semanas, eran inevitables, por lo que dejó que las lágrimas corrieran suavemente por sus mejillas.
— T / N — Dijo Timothee, la tirita cayendo y la herida reabriéndose al darse cuenta de lo extraño que se había vuelto su nombre — Nos estamos quedando sin tiempo. No te mantendrán así para siempre, y tú y yo sabemos que no soy bueno tomando decisiones. Por favor T / N, nuestra historia acaba de comenzar, no puede terminar — Timothée sollozaba, su respiración era errática y casi tan superficial como la tuya.
Antes de que Timothée pudiera decir algo más, la puerta se abrió, rápidamente se secó las lágrimas, suplicándote una última vez en su cabeza antes de volverse hacia ella.
— Señor Chalamet — Dijo, y sus ojos se encontraron con los rojos de él, prácticamente podía verla desgarradora por él — A los médicos les gustaría hablar con usted, um — Vaciló, su mirada buscando el suelo — Acerca de opciones.
Timothee no lloró, de hecho, no le quedaban lágrimas; todo lo que quería hacer era gritar y gritar, no se ha rendido por ti, así que ¿Por qué deberías hacerlo tú? Pero él no lo hizo.
— Por supuesto — Murmuró — Estaré allí en un minuto.
Ella asintió solemnemente y cerró la puerta, dejando a Timothée en toda la oscuridad excepto por los cielos afuera que habían comenzado a aclararse.
— No me voy a rendir contigo. Hasta que la muerte nos separe, recuerda — Dijo girando la banda de oro alrededor de su dedo.
Timothée te dio un suave beso, calentando tu mano fría, luego se levantó para ir a hablar con los médicos, pero no importaba lo que dijeran. Su historia no iba a terminar, no cuando quedaban tantas páginas por llenar. Timothée esperaría. Si tuviera que hacerlo, esperaría para siempre.
