— T / N, no vas a salir de este apartamento. Ahora cállate y come tu sopa — Maldeciste en voz baja y continuaste comiendo la sopa que te había preparado. Al menos estaba cooperando para que no te sintieras tan mal el día de cumpleaños.
Se sentó a tu lado, tocando tu frente. Con el ceño fruncido, se dirigió al baño para mojar un paño frío. Tosiste con fuerza desde el dormitorio y eso lo hizo estremecer. Verte tan enferma el día de tu cumpleaños lo hizo sentirse tan mal. Sin embargo, tú eras tan obstinada, tan segura de que aún podría asistir a tu fiesta. Seguías insistiendo en que tenías la responsabilidad de ir.
— Tu única responsabilidad es mejorar — Repitio una vez más — No puedes salir así, mi amor. Primero tienes que cuidarte. Además, no querrás que nadie más se enferme — Habiendo terminado la sopa, la dejaste a un lado con un suspiro silencioso.
— Deja de tener razón todo el tiempo — Sonabas un poco infantil, pero en cierto modo resultaba entrañable. Te dio un suave beso en la mejilla y le sonreíste — Te vas a enfermar si sigues haciendo eso, niño.
— T / N, vivo contigo. Realmente no puedo evitarlo si es contagioso. Además, si me voy a enfermar por cuidar de ti, no me importa — Él también era terco — Por favor, solo preocúpate por mejorar ¿De acuerdo, bebé? No te preocupes por mí.
— Eso es como decirme que deje de respirar — Afirmaste, sacudiendo la cabeza.
La tos se volvió casi ininterrumpida cuando el sol se desvaneció y se llevó la luz consigo. Te frotó la espalda toda la noche para aliviar los dolores, llevándote té y medicinas mientras ambos disfrutaban de un programa divertido en Netflix. Queriendo que te relajaras lo más posible, te preparo un baño caliente, le agregó aceites calmantes y burbujas, e incluso encendió una vela. Escoltandote hasta allí lentamente, te ayudo a entrar sin resbalar, y suspiraste aliviada mientras te hundias en las profundidades de las burbujas.
— ¿Estas bien? ¿Demasiado frío, demasiado caliente? — Sostuvo tu mano mientras la masajeaba suavemente, besando tus nudillos. Estaba sentado en el suelo junto a la bañera, sonriéndote.
— Es perfecto, Timmy — Timothée se mordió el labio y movió las cejas — Pero siempre puedes venir conmigo y determinarlo por ti mismo — Ajustando tu posición, le sonreíste — Ven, metete.
Riendo, se levantó y se quitó la ropa, divertido y complacido de ver tus ojos devorarlo con una mirada de hambre. Lamiendo tus labios, dejaste escapar un suave jadeo una vez que toda la tela había abandonado su cuerpo. Entró con cuidado, sujetándote de la mano y el brazo como apoyo. El calor y las burbujas lo abrazaron y sintió que la tensión abandonaba su cuerpo poco a poco. Acomodándote entre sus piernas, te apoyaste en su pecho mientras él envolvía sus brazos alrededor de ti de forma segura.
"Por favor, que se mejore pronto" Pensó, rezando a cualquiera que estuviera escuchando "Por favor".
