Capítulo 13: Puntualidad

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Jueves 5:00 am

La alarma no sonó. Los niños siguieron durmiendo una hora más. Satoru... no había dormido. Llevaba desde las 4:30 metido en la bañera. Era hora de comenzar su día. Se vistió como pudo, su mano izquierda no le permitía abrochar bien su camisa, dolía al roce de la tela del saco. Puso pomada y vendó. Anudó su corbata.

Al salir se dirigió a la cocina. Comenzó a preparar el desayuno, estuvo listo a las 6:00. Levantó a Nobara y a Yuuji, ellos como pequeños zombies dejaron que les cambiara la ropa y les pusieran pañal entrenador. Megumi seguía dormido mientras lo cambiaba.

—Bien niños. Hoy necesito de su ayuda.

—¿Pa' qué papá?

Preguntó Nobara mientras ella y Yuuji seguían a Satoru quien tuvo que cargar a Megumi, a él siempre le costaba pararse. Los acomodó en sus sillas y puso enfrente un plato con hot cakes para que incluso Megumi abriera los ojos.

—Hoy su papá comenzará a trabajar.

—¿Y la café...? —a Yuuji le costaba decir "cafetería".

—La cafetería... bueno digamos que hoy no iré. Este es un trabajo diferente. Necesito de su ayuda para que pueda permanecer en él.

Los tres niños habían comenzado a comer. Se miraron entre sí. Así que ayudar a papá, eh. Claro todo fuera por él. Se miraron y los tres sonrieron con complicidad, la misma sonrisa que daban cuando estaban apunto de hacer travesuras.

—Nos pararemos más temprano, comerán, no se pondrán de remilgosos ¿de acuerdo? Porque papá necesita llegar a tiempo a su trabajo. De lo contrario... lo correrán y no tendrá dinero para hacer más cakes.

Tragedia. Eso los llenaba de angustia. Cómo era posible que no fuera a haber cakes. Eso era una catástrofe que debían evitar.

—¿Cuento con los tres? Sé que harán su mejor esfuerzo para que su padre mantenga su trabajo. ¿De acuerdo?

Los tres asintieron mientras masticaban.

Satoru sabía que solo eran niños esas palabras no eran para ellos quienes apenas y asimilaban el mundo... él era su mundo, en realidad estaba diciéndolas para que él se convenciera de lo que tenía que hacer de ahora en adelante.

Había acomodado las cosas de la pañalera una noche antes. Ya tenía lista la carriola cerca de la puerta. Cubrió sus manos con unos guantes negros de cuero para que la venda no se viera y luego puso los zapatos de los tres niños y los subió a la carriola, tomó llaves, celular y una mochila donde puso lo esencial para su trabajo.

Salieron.

Al llegar a casa de Utahime solo los entregó y se despidió mientras corría. Ella tenía que decirle algo pero bueno podía esperar hasta que pasara por ellos.

Subió al transporte aún llevaba tiempo pero como siempre había contratiempos.

⭐⭐⭐

7:50 am

Bajó corriendo del transporte. Corrió una cuadra hasta el edificio donde había un montón de periodistas rodeando un automóvil.

💼

7:55 am

Llegó a recepción en la planta baja y pidió su gafete.

—Señor Gojo... señor Gojo...

La recepcionista se tomaba su tiempo para buscar la tarjeta. Se la entregaba y lo hacía firmar. Demonios estaba demasiado nervioso. Tomó el gafete. Se abrió camino. Gritó a la gente dentro del elevador que lo esperara, se deslizó por el piso y alcanzó a entrar al elevador. Subió al piso 10 del edificio donde debía tomar otro elevador hasta el piso 77.

💼

8:10 am

El elevador abrió sus puertas a un largo pasillo, al final había unas puertas abiertas que daban paso a una sala de color blanco con un gran ventanal, allí lo esperaba aquella mujer, la que lo esperó para la entrevista.

—¡Llega tarde señor Gojo! Pero tiene suerte... extrañamente. El señor Nanami no ha llegado. Le explico rápido en qué consiste su trabajo. El señor Kento Nanami será su jefe directo, es el vicepresidente del corporativo, él nunca ha tenido un asistente.

—Bueno tenemos algo en común —sonrió— yo nunca había trabajado como tal. En realidad nunca me dijo de qué iba el empleo.

La mujer solo se rio.

—Le pido una disculpa, señor Gojo pero así fue como lo pidió el señor Sukuna, el presidente del corporativo. Él quería a alguien con un buen currículum como asistente para el señor Nanami pero como muchos se sienten... menospreciados por el puesto prefirió no decir nada. Bueno entiende, prejuicios... éste es un campo femenino a muchos hombres les molesta desempeñarlo. Dígame que no es su caso por favor.

—En realidad no, no me importa. Haré mi mejor esfuerzo. Necesito el empleo.

—Me alegra escuchar eso. Hay otra cosa que debe saber señor Gojo. El señor Nanami... él no quiere un asistente. Tiene la política de hacer todo el trabajo él solo pero por órdenes del señor Sukuna ahora debe tener un asistente. Por favor pase lo que pase, le diga lo que le diga el señor Nanami, aférrese a su puesto y... —le entregó un cheque— ese será su salario.

Satoru sonrió y se sintió feliz al ver por fin dinero en sus manos, no era una cantidad exorbitante pero definitivamente era un salario muchísimo más decente que el anterior, lo hizo feliz.

—Me esforzaré. Gracias por la oportunidad.

—Mucha suerte, señor Gojo... va a necesitarla. Detrás de esas puertas está la oficina del señor Nanami y ese es su escritorio y la computadora donde podrá trabajar.

Se despidieron y Satoru se acercó a su escritorio para echar un vistazo en los cajones.

✨🌙✨

Moondust - Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora