Capítulo 95: Mal entendido

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Nota: muajaja hoy decidí adelantar. Allí les van tres capítulos, qué los disfruten <3

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Nanami abrió los ojos y se desorientó por un momento. Recordó dónde estaba, rodó sus ojos y se encontró con Satoru, él estaba sentado en el sillón mirando su celular, no se había percatado de que se había despertado. Nanami aún se sentía torpe y amodorrado intentaba descifrar si sus recuerdos habían sido un sueño o realidad. Recordaba que Satoru le había dicho que se quedaría a su lado. Sus palabras eran tan cálidas... también recordaba que había tomado su mano y aunque no pudo tomar la suya era tan vívido aquel sueño que por un momento lo creyó realidad. Pero sólo podía ser producto de su imaginación, sólo podía ser la señal que tanto deseaba recibir de su parte y era tanto su deseo de recibir una señal que había soñado con ello porque era claro que se trataba de un sueño y que su mano no había sido capaz de sentir la suave piel de Satoru.

La enfermera entró alertando a Satoru quien al incorporarse también notó que Nanami estaba despierto y lo miraba. Le regaló una ligera sonrisa y le dijo "hola". Nanami respondió lo mismo y luego miraron a la enfermera.

—Se ha acabado el medicamento, voy a retirar la aguja.

El procedimiento se llevó a cabo en silencio. Nanami comenzó a reaccionar mejor. Entonces, sólo por un momento, miró que en la cama estaban los guantes de Satoru. Abrió los ojos y se le escapó hacer un gesto que la enfermera creyó que era porque lo había lastimado. Ella se disculpó múltiples veces pero Nanami no le prestó atención, no podía dejar de ver los guantes... ¡todo había sido cierto! No recordaba con claridad todo lo que había dicho Satoru pero sí su acción. La señal que había estado pidiendo estaba ante sus ojos e hizo que se sonrojara. Satoru se dio cuenta de su sonrojo y se negó a mostrar reacción alguna, debía tomarlo con toda la calma posible.

—¡Señor Gojo!

Gritó Nanami alertando tanto a la enfermera como a Satoru pero no pudo pronunciar lo que seguía. No era el momento, Nanami no podía decirle que estaba enamorado de él. Se forzó a permanecer callado.

—Señor Nanami por favor, no se comporte como un niño. Deje que la enfermera le retire la aguja.

Nanami miraba a la joven mujer que se había quedado asustada, le extendió su brazo para permitirle proseguir y también esperó, impaciente a que ella se fuera entonces... volvió a llamar a Satoru. Era el momento, ¡no podía dejar que cualquier otra cosa se interpusiera! Su corazón se aceleró y su estómago dolió, debía actuar rápido sin pensar en consecuencia alguna. Habló:

—¡Sen... or... Gojo! o eblwsowi ewslawo e uws.

Todo. Según Nanami había sido dicho. Se había ruborizado pero... sólo obtuvo una mueca extraña de parte de Satoru y su respuesta:

—¿Qué dijo? No le he entendido nada de lo que ha dicho.

Nanami volvió a su expresión de seriedad. Intentó hablar pero su lengua estaba entumecida... ¡le era imposible hablar! comenzó a frustrarse.

—Eh cálmese señor Nanami voy a buscar a una enfermera —y salió de inmediato de la habitación aunque Nanami no quisiera que se fuera. Volvió... pero solo— la enfermera dice que es efecto secundario de la medicina pero que en unas horas se le quitará.

Nanami intentó maldecir, no lo logró y era gracioso. Satoru se forzó a no reírse... ¡debía mantenerse serio! Nanami se frustraba y con señas le pidió que le buscara papel y pluma.

—De acuerdo deme un momento... —sacó una pluma y una pequeña libreta que siempre llevaba en su bolsillo del saco y se las dio. Nanami garabateó por un momento y mostró el papel

"¡Maldita sea!"

Satoru no pudo aguantar la risa. Nanami no creía que fuera bueno decirle algo tan importante a Satoru en ese estado lo mejor era esperar un poco. Escribió:

"¿Tiene hambre? Lo invito a cenar"

Satoru leyó pero... fingió no entender. "Distancia Satoru Gojo, distancia, debes guardar distancia"

—Señor Nanami no logro entender su letra... —Nanami volvería a escribir en ese momento, Satoru creía que lo mejor era no leer lo que claramente había entendido— Hay una máquina expendedora en el pasillo ¿quiere algo? Su ropa está en el otro sillón. Ahora vuelvo.

Y salió corriendo de la habitación. Nanami lo miró con desconcierto porque le pareció extraña su actitud. Bueno lo cuestionaría cuando volviera. Dejó escrito, con mejor caligrafía, su invitación. Quitó la sábana y bajó de la cama.

En el pasillo Satoru estaba frente a la máquina sin saber que elegir, eso sólo había sido un pretexto para alejarse. No podía permanecer más tiempo allí a su lado. Era tan difícil mantenerse al margen pero tenía que lograrlo, era lo mejor para ambos y lo mejor para evitar la confusión que tenía.

Nanami terminó de vestirse y notó que en la cama seguían los guantes de Satoru. Los tomó al igual que sus pertenencias y salió de la habitación. Satoru estaba sacando unos paquetes de galletas de la máquina, le sonrió cuando estuvo a su lado.

—Espero le gusten. Son de chocolate, eran las más decentes... ¿Cómo se siente? ¿Mareado?

Nanami negó con su cabeza a ambas preguntas. Extendió su mano para entregarle los guantes.

—¡Oh muchas gracias casi los olvido...!

Nanami aprovechó y mostró el papel. Eso si era entendible y Satoru no tenía excusa y no pudo evitar hacer una mueca extraña que... le causó desconcierto a Nanami.

—¿No cree usted que lo mejor es que vaya a su casa a descansar?

Nanami negó con cierto ímpetu. Escribió:

"¡Usted y yo tenemos algo de qué hablar!"

—Ah no señor Nanami ¡deje ya su trabajo por dios! Éstas no son horas laborales. De aquí se irá a su casa, ¿escuchó?

Nanami se acercó a él, estaba enojado y frustrado, era tan difícil comunicarse. Satoru se sonrojó por su repentina cercanía y buscó de todas las formas posibles terminar con ella.

—Está siendo muy terco. ¿Usted cree que le permitiré ir a cualquier otro lugar así? Lo mejor es que se vaya a descansar. Vamos, ya estamos fuera de horario laboral.

"Estoy bien"

—No. Además yo... tengo cosas que hacer señor Nanami, rechazaré su oferta y si no le molesta lo mejor es que nos apresuremos.

Lo había dicho con un tono de fastidio y había sido mal entendido por Nanami quien creía que Satoru había comenzado a rehuir de él por su "cercanía". No insistió más y mejor lo siguió por el pasillo en silencio. Pasaron a recepción y salieron. Al llegar al carro Nanami se apresuró a abrir la puerta del lado de Satoru.

—Muchas gracias, señor Nanami, pero hoy voy a negar el viaje. No por el anterior problema sino porque tengo algo más que hacer. No iré a casa.

Antes de que Nanami escribiera algo retomó lo que decía.

—Estaré bien. No se moleste. Creo que lo mejor es que usted vaya a casa, sin escalas, ya mañana será otro día ¿de acuerdo? Descanse señor Nanami.

Y él mismo cerró la puerta del carro y espero a que Nanami subiera. Nanami estaba muy desconcertado, podía intuir que Satoru... estaba poniendo aquel límite, no insistió. Subió a su carro y se fue. Después de unos segundos Haibara pasó al lado de Satoru para seguir a Nanami. Satoru quedó solo en la acera miró sus manos se había estado conteniendo y se convencía de que había hecho lo correcto, aunque tuviera una sensación tan desagradable.

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Nota: si te ha gustado el capítulo no olvides dejar tu voto y te amaré demasiado pero no más de lo que amo a Nanami <3

Moondust - Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora