Capítulo 180: En la boca del lobo

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Nota: capítulo bomba boom!!! listos para la pelea en lodo!

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Nanami y Satoru iban solos en el elevador que llevaba al área de Black Infinite donde tomarían el siguiente a la oficina de Sukuna.

—¿Cómo estuve, señor? —preguntó Satoru.

—Excelente, señor Gojo. Creo que mordió el anzuelo. Sin duda cree que usted está completamente capacitado para reemplazarme.

—Oh por favor pare me sonrojo... —recuperó su seriedad— Entonces recuerde el plan. Si todo va bien lo llamará a usted primero, seguro que nos separará pero usted por nada del mundo desconfíe de mí, le he jurado que no lo traicionaré...

—Yo sé que no lo hará, confío en usted... ciegamente. Sabe lo que tiene que decir en el caso de que usted esté solo. Mucha suerte.

—Usted no necesitará suerte... ya tiene la actitud y un traje mágico.

Después de tan largo recorrido llegaron a la antesala, allí ya estaban las otras dos mujeres que acompañaban a Nitta, ella aun no llegaba así que fue una de ellas quien se encargó de avisarle a Sukuna que Nanami había llegado y de inmediato lo dejaron pasar. Satoru lo vio desaparecer en la oscuridad de aquella oficina y aunque no quisiera estaba algo preocupado al ver las puertas de madera oscura cerrarse.

La oficina estaba como siempre a oscuras a pesar de que el atardecer intentaba colarse entre las grandes persianas del ventanal. La única iluminación en la oficina eran tenues luces cálidas en la puerta y al pie del escritorio de Sukuna y otras cuantas luces opacas en color rojo o magenta que iluminaban los muebles y adornos de estos a espaldas de Sukuna. Él estaba sentado ante el escritorio, fumando un puro. El humo impedía ver su rostro sólo sus ojos destellaban desde esa oscuridad. Su voz hizo vibrar la habitación.

—Adelante, Nanami. Siéntate.

Él atendió.

—¿Gustas? Oh... claro tú ya no deberías fumar. Lo siento... aunque no sean del todo tus pulmones sino tu corazón.

Nanami no contestó, Desde la mañana había estado soportando tener que fumar... porque fumar era una clara señal de que no tenía el control. Sukuna estuvo en silencio por un rato y Nanami pensaba: "¿cuánto tiempo más me hará perder?"

—¿Recuerdas cuando nos conocimos?

Nanami no pudo evitar fruncir su entrecejo, ¿qué acababa de escuchar? Sus conversaciones nunca comenzaban así recordando un pasado cualquiera.

—¿Me llamaste para recordar los "buenos tiempos"?

—¿De qué hablas? —se rió— Para mí incluso ahora es un buen tiempo. Claro se me olvida que eres un hombre muy ocupado. Te ves algo aburrido hoy... yo creí que me encontraría con el Kento de siempre... quien no es muy hablador, es cierto, pero cuando habla siempre... da en el clavo. Vayamos al grano.

—Lo agradecería.

Sukuna sonrió. Esa clase de palabras eran a las que se refería.

—Tenemos una conversación pendiente, Nanami, sobre tú y tu futuro en Golden Mountain, o más bien tú tienes algo que decirme... una palabra muy simple que me ahorraría muchos problemas.

Nanami pensaba en tres: "vete al carajo" o dos "quiero golpearlo" pero no lo pronunció.

—¿A cuál te refieres exactamente? Porque yo puedo pensar en muchas palabras.

Moondust - Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora