Capítulo 158: Carroñeros

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De camino a Two Arrows en el auto de Haibara, Satoru iba cruzado de brazos haciendo puchero, desde lejos se podía ver lo furioso que estaba. Haibara miró a Choso buscando una respuesta, él movió los labios "sabe lo de las fotos". Haibara hizo un gesto de ¡ups! eso se iba a poner feo.

Al llegar a Two Arrows Satoru seguía igual de enfadado y su humor empeoró cuando vio a Riviera. Ni siquiera la saludó y ella... ella tampoco lo hizo, se indignó y se desquitó ignorando a Haibara y a Choso.

—Lo siento... ella es algo caprichosa —dijo Haibara entre dientes.

Choso sólo levantó los hombros bueno... él sólo venía por la comida y no le fallaron. La señora Rose hizo que subieran bocadillos y él y Haibara se sentaron en los sillones a comer mientras Riviera y Satoru peleaban. Él le gritaba que no la entendía y ella... bueno lo ofendía.

—Eres torpe... que tengas ojos bonitos no te garantiza nada. Debes aprender a usar tu cuerpo.

—¿De eso usted sabe muy bien verdad?

¡Uh, golpe bajo! Aidren se alejó lentamente por si en cualquier momento ellos... fueran a pelearse.

—¡Claro! —ella agitó su cabello— porque crees que te gané.

Lo hizo rabiar más.

—¡Muévete ojitos bonitos! No tengo tu tiempo comienzas desde bastidores andando... mueve ese culo si lo mueves mejor que yo me ganarás.

Cuando Satoru desapareció detrás de bastidores ella se dio la vuelta y se comenzó a reír, demonios hacerlo enojar era muy divertido. Satoru regresaba, modelaba su traje gris, ella se había negado a darle una prenda nueva.

—¡Qué horror ojitos bonitos! Tienes una cara horrible. ¿Eres un ogro acaso? ¡Vas a hacer enojar a los jueces! ¿Qué sucedió con esa confianza? ¡Eres un dios conquistando a las hadas de un bosque! Mueve tus piernas.

—¡Lo estoy haciendo!

—¡Ritmo! —comenzó a darle el ritmo con las palmas— no tienes eso, no sabes seguro ni bailar y con esa cara que te cargas por dios creo que no tienes remedio... ¡Caderas con movimiento suave! De nuevo desde el inicio lo harás hasta que te salga bien y si no quitas esa cara no tendrás otra lección de Aidren.

—¡Ya voy vieja bruja gritona!

—¡¿Vi-vieja?! —escuchó las risas de Haibara y Choso— ¡Cállate Yu! ¿Y tú quién carajos eres? Cállate también. Yo no soy vieja, tengo 27, la edad perfecta para morir —lo último lo dijo en susurros— ¿Escuchaste? Ustedes son unos ancianos.

Desde los bastidores Satoru gritó: "¡Maldita sea!" Claro, porque todos parecían ser más jóvenes que él.

Aidren se acercó a Choso y a Haibara para robar bocadillos, desde esa posición los tres veían como Riviera le explicaba a Satoru los movimientos que debía dar en pasarela, era muy gracioso verla imitar el caminar de un hombre, tan tosco, pero ella lo lograba. Más gracioso era verlos gritar y pelear pero que al final de cuentas... Satoru entendiera lo que quería decirle. Y en realidad él estaba disfrutando eso, podía, al menos por un momento, despejar su mente y concentrarse en algo más.




5:30 pm Torre de Babel. Salón azul

Nanami seguía sentado ante aquella larga mesa rodeado de los ejecutivos de Golden Mountain. Esa no era más que una reunión adelantada de reportes del mes. Eso era lo que había estado escuchando hasta ese momento... reportes aburridos. Pero esa sólo era una fachada, una fachada que habían puesto los demás ejecutivos para disfrazar el verdadero propósito de la junta. Mientras tanto Nanami pensaba "¿qué flores le gustarán? ¿Alguna vez me dijo cuáles eran sus favoritas? ¿Le molestará si llego con lirios? ¿Hay lirios azules? ¿Y si le llevo rosas rojas? Muy cliché, quizás peonias, esas son bonitas o ranúnculos. Tendré que buscar un reloj bonito, pero no me conformo con verlos por internet ¡tengo que verlos en persona! Le compraré uno muy caro, con incrustación de diamantes o posiblemente con otra piedra preciosa...".

Moondust - Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora