Moondust - Jujutsu Kaisen

Capítulo 45: Reservación para dos

Cuando salieron de la muchedumbre Nanami le pidió que se sujetara con fuerza pues iba a acelerar para impedir que esa gente los siguiera. Por culpa de toda esa gente tuvieron que dar más vueltas para impedir que los siguieran y por lo tanto fue más de 20 minutos de recorrido. En todo el camino permanecieron callados.

Satoru no sabía ni qué decir... se había quedado pensativo, las palabras de Nanami en medio del caos le habían generado confianza y un poco de tranquilidad, eran reconfortantes. Llegaron a una gran casa de estilo oriental... parecía una posada. Al entrar Satoru lo comprobó, el lugar era un hotel pero también un restaurante. Era de estilo híbrido entre oriental y europeo que le daba un aire bastante distinguido. Satoru ya pensaba que se trataba de un restaurante demasiado costoso. En la recepción solo estaba una mujer hermosa que vestía elegantemente un kimono de color negro con estampado de flores rojas, su cabello estaba recogido pulcramente.

—Bienvenidos a "La Casa de Las Estaciones". ¿A nombre de quien los registro?

Satoru estaba ocupado viendo todos los detalles del lugar, pero también prestaba atención a la conversación que tenía la mujer con Nanami.

—Hice una reservación para el restaurante a nombre de Kento Nanami.

La mujer buscó por un momento entre sus anotaciones, asintió y les pidió que la siguieran. Como Satoru estaba sumamente confundido por todo lo que pasó y pasaba no podía hacer halagos del lugar ni siquiera para molestar o para sacar el estrés. La mujer los llevó por un largo pasillo hasta unas puertas corredizas de madera. Al abrirlas se mostró una amplia habitación con una mesa de madera oscura con dos cojines de color verde pasto a ambos lados de ésta.

Ahora sí Satoru se sorprendía, la habitación solo tenía los muebles mencionados pero seguía siendo sumamente elegante, aun así, no eran los muebles, o lo espacioso del lugar, o la calidad del tatami, lo que lo había sorprendido, lo más hermoso de la habitación estaba enfrente de ellos. Había un gran ventanal completo que daba una vista hermosa a un gran jardín, lo que se podía ver era un gran estanque lleno de nenúfares y peces koi, más lejos había un puente de madera y al fondo grandes árboles.

Satoru se había quedado estático solo viendo lo que le permitía el ventanal. Nanami mantenía una conversación formal con la mujer que después salió de la habitación y cerró las puertas con todo el silencio posible. Nanami le habló a Satoru sacándolo de sus pensamientos.

—Puede quitarse los zapatos para pasar y ver de cerca.

Nanami ya lo había hecho así que subió el escalón y caminó hasta el cojín para sentarse. Satoru lo imitó y se acercó torpemente, se dejó caer en el cojín y siguió contemplando el paisaje. Nanami lo miraba con curiosidad pero ya no se atrevía a molestarlo. Otra mujer entró y les dio té, también entregó el menú, dejó un timbre para que avisaran cuando estuvieran listos y salió

—Si me lo permite, señor Gojo... —había pronunciado la frase indicada ahora tenía su atención, pudo ver una ligera sonrisa en el rostro de Satoru que hizo que apartara la mirada— leeré el menú.

Como era costumbre Nanami comenzó a decir los nombres de los platillos. Ahora el silencio del lugar le permitía a Satoru escuchar con toda claridad su voz. En esos momentos provocaba en Satoru un efecto diferente. Al inicio, cuando lo conoció, parecía ser monótona y casual; después de algunas veces de escucharlo ya le causaba cierto gusto y ahora... ahora todo su cuerpo se había erizado pues su voz casi parecía ser un susurro, todo estaba tan silencioso que podía casi escucharlo cerca de su oído recitando nombres de verduras, pastas y carnes, entre otros platillos. Podía sentir cada pequeño vello de su nuca levantándose, era demasiado agradable. Ahora no podía apartar la mirada de su jefe, éste ni siquiera lo miraba. Fue hasta que terminó de leer todo que tomó su taza de té, bebió y luego habló en un tono más normal.