Capítulo 55: Obsequio

507 102 28
                                    

Nanami quedó solo de nuevo en su oficina... y eso solo hizo que se sintiera más mal. Trató de enfocarse en los pendientes pero su cabeza no paraba de ir y venir entre los problemas. Hacía su mejor esfuerzo, de verdad, pero parecía que todo lo estaba rebasando. Si seguía entrando en pánico no podría mantener el orden en el corporativo. Todo, como se lo había dicho a Satoru, debía seguir funcionando incluso si Sukuna no estaba, incluso si Nanami no estaba. Había mucho de por medio, más allá de los objetivos personales de él y de Sukuna estaba la gente que trabajaba allí, toda esa gente a la que Nanami había contratado, algunos estaban desde los inicios cuando solo tenían una empresa a su disposición.

Después de un rato las voces de los periodistas aparecieron en su cabeza haciendo que todo fuera más difícil. Entonces volvió a ser débil. Él se sentía así, débil y frustrado. Metió su mano en su bolsa y sacó la cajetilla de cigarros. Nuevamente encendía uno y por solo unos momentos lograba sentirse mejor. Mandaba al diablo todo en lo que duraba el fuego. Cerró los ojos y se dejó llevar por el silencio de la oficina. Cuando la ceniza comenzó a caer en el escritorio tuvo que abrir uno de sus cajones para buscar el cenicero... y se topó con el paquete que había comprado aquel día y por el cual había llegado tarde a la oficina. Lo miró y apagó el cigarro de inmediato había perdido interés en ello. Tomó el paquete y lo miró por un rato, aún no sabía qué hacer con él. Y el dilema comenzó.

Nanami se ponía de pie y volvía a sentarse, se rehusaba a caer ante los impulsos tan extraños que por primera vez sentía. Esto se volvió pronto en un juego de ir y venir del escritorio a la entrada de la oficina y luego de la entrada a la antesala. Hasta que por fin estuvo frente al escritorio de su asistente con el objeto aún en sus manos. Suspiró y lo dejó por fin en el escritorio. Y antes de que se arrepintiera caminó a grandes zancadas a su oficina y se sentó en su silla. Eso era lo mejor, se convencía de que había tomado la mejor decisión. El paquete después de tantos intentos debía llegar a su destino.

—¿Eh? —una idea saltó en su mente— ¿pero y si esto se malinterpreta? No... no son flores así que no debe importar.

Y cuando estaba por desistir y volver por el paquete la puerta de la antesala se abrió. Volvió a sentarse y escondió su rostro detrás de la pantalla de la computadora. Fingió trabajar.

—¡He vuelto! —escuchó la voz de Satoru lo que lo hizo levantar la mirada. Allí venía él con una bolsa de papel y una sonrisa en su rostro. Estaba caminando a su escritorio lo que hizo que Nanami escondiera por un momento su rostro. La curiosidad lo hizo volver a ver aunque no alcanzara.

Satoru notó de inmediato el paquete en el teclado de la computadora. Le pareció extraño así que lo tomó. No había nada escrito pero deducía que eso tal vez era para su jefe, aunque si alguien lo había dejado seguro él se habría dado cuenta al tener las puertas de la oficina abiertas. Meh, lo dejó pasar.

—¡Jefe, aquí hay un paquete para usted! ¡Y no, no lo estoy albureando!

Nanami respingó, y sí, se enojó porque cómo podía ser tan tonto su asistente como para no darse cuenta que el paquete era para él. ¡Ahora estaba haciendo todo más difícil! No lo miró entrar. Satoru puso el paquete en el escritorio y comenzó a hablar de cómo le había ido.

—¡Es un jodido laberinto! Hay toda una ciudad aquí adentro. Pero no se preocupe he entregado todo. Ahora solo espero la confirmación. No deben tardar. Me pasó algo sumamente gracioso en el baño... ¿eh? —miró a Nanami, él lo estaba viendo con recelo. ¡Su jefe estaba sumamente enojado!

—¿Qué sucede, señor? ¿He hecho algo mal? ¡¿Por qué luce tan enojado?! ¡No me mire así, solo diga qué hice! Ah, no me diga que es por lo de hace rato con su teléfono... ¿ah no? Entonces ¿usted se enojó porque le dije un albur hace un momento? Le juro que no era mi intención, en verdad hay un paquete mire... ay, eso suena tan mal.

Moondust - Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora