Capítulo 176: Medidas extremas

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Jueves

Nanami había cumplido, había mandado una camioneta con guardaespaldas al edificio donde vivía Satoru... pero Satoru no se lo estaba tomando a bien, es más le enfureció que Nanami ni siquiera era capaz de hablarle él mismo para comunicárselo. ¡Qué le sucedía a ese hombre insensible! ¿Dónde quedaba todo lo que había pasado...? Si bien no habían tenido sexo sí habían estado en una cama y en un acto mucho más íntimo. No cabía dudas de que no recordaba ni cuando le había dicho que le gustaba. No estaba dispuesto a tolerar ese comportamiento.

Los niños lo miraban ir y venir en la cocina mientras ellos tomaban su juguito, se miraron entre sí, sabían que su padre estaba muy enojado. Mejor callaron y se portaron bien porque no querían que se enfureciera contra ellos.

Satoru los preparó y salió de la casa como siempre. En el vestíbulo del edificio los subió a la carriola y salió a la calle. Uno de los guardaespaldas se acercó y al ver que no se detenía e iba en dirección opuesta al carro. se interpuso en su camino.

Los niños: ¡un espía wow!

El hombre se dirigió a Satoru.

—Señor Gojo nos manda el señor Nanami para escoltarlo... ¡señor por favor!

Satoru seguía su camino tratando de ignorar al sujeto. Al poco rato se percató de que la camioneta lo seguía y uno de los guardaespaldas iba a pie y más tarde se acercó para darle su teléfono.

—Es el señor Kento Nanami, quiere hablar con usted.

Satoru fulminó con la mirada al guardaespaldas.

—¿Para qué quiere hablar conmigo?

—Dice que suba a la camioneta...

—¿Ah? —se notó el enojo en su voz. Los niños se asomaron con un poco de miedo. ¡Su padre estaba furioso!— ¿Dice que mi jefe está en el teléfono? —el guardaespaldas asintió— ¡Ah muy bien! Pues que escuche. ¡¿Qué demonios le pasa?! ¡¿Cree que soy su... hombrezuelo para que me ordene subir a una camioneta?! El día de hoy, señor Nanami, ¡váyase al carajo!

Y siguió caminando. Los niños sólo hicieron mueca de "ups".

Del otro lado de la línea Nanami miraba su celular sobre la mesa, tenía el tic nervioso en su ojo signo de su enojo. Riviera y Haibara habían escuchado y evitaban burlarse, estaban sorprendidos, conocían al hombre capaz de responderle de esa forma a Kento Nanami.

Nanami sólo tomó sus cosas, partiría. Le contestó al guardaespaldas:

—No se alejen de él, cuando salga de la guardería vuelvan a insistir, no lo dejen subir al transporte público.

Oh en qué aprieto ponía a los guardaespaldas. Atendieron. Lo esperaron fuera de la guardería y lo retuvieron allí hasta que Haibara llegó y lo convenció de que debía subir. En contra de su voluntad y muy enojado Satoru iba en la camioneta rumbo al trabajo. Claro que era bastante cómodo pero su dignidad seguía en juego.

—¡Tengo que bajar en la panadería! —dijo con enojo y luego recordó que los guardaespaldas no tenían la culpa— por favor —completó para que no se escuchara como una orden.

Después de hacer sus compras volvió a subir y aún con los brazos cruzados pensaba en cuál sería la mejor forma de proceder... Su jefe no se imaginaba la clase de enemigo berrinchudo que acababa de obtener. Incluso mientras subía solo el elevador iba cruzado de brazos y enojado. Al llegar a la oficina se paró enfrente del escritorio, Nanami ya estaba sentado y ponía sus lentes de lectura ni siquiera lo vio y tuvo la osadía de decir:

—Llega tarde, señor Gojo.

Satoru por primera vez quería desquitarse, él no era de los que se enojaban con facilidad... pero sí hacía berrinches. En su cabeza comenzó a planear su venganza... una venganza cruel y a la medida de su jefe.

Por su parte Nanami estaba tan centrado forzándose a mantener su imágen de "tengo el control de mi vida" que no se imaginaba la bomba de estrés que era. No eran definitivamente una buena combinación y la tensión se podía sentir en la oficina y en los pasillos cuando se trasladaban a la sala de juntas, y en las juntas donde Nanami se comportaba aún más distante con los ejecutivos... aún más exigente.

—Doy luz verde sólo a tres proyectos... —le dio a Satoru las tres carpetas para que se las hiciera llegar a los ejecutivos correspondientes en cada uno de sus asientos—. En cuanto a los otros... me parecen una pérdida de tiempo... —y comenzó a sellarlos "rechazado" en letras rojas— son porquería... en el mercado hay cuatro productos parecidos, no perderemos el tiempo en ideas mediocres. Tienen hasta el viernes para mostrar ideas decentes.

Los ejecutivos y sus allegados de inmediato se escandalizaron. Algunos se molestaban por el tono déspota que usaba y otros... se estresaron ¡porque era una locura tener un nuevo proyecto para mañana! Nanami continuó.

—No decepcionen. De eso depende el presupuesto que se les dará para el siguiente trimestre, incluso el presupuesto para el siguiente año. En otras noticias ya han de saber que en lugar de 18 ejecutivos serán 21. Happy Place está por inaugurarse y tanto eso como la nueva empresa necesitarán sus propios vicepresidentes y presidentes así que no tengo tiempo de leer mediocridades. Para la reunión de mañana necesito todo... lo presentarán a Sukuna en persona.

Otra noticia que los escandalizaba ¡¿cómo es que no sabían nada de eso?! Desde luego se escucharon las quejas.

—Las quejas lo harán enojar. ¿Qué no es éste su corporativo? Puede llegar cuando quiera. Así que dejen de holgazanear, sé que estaban muy confiados sin su presencia pero... se acabó... Hasta mañana damas y caballeros.

Se puso de pie de inmediato y salió de la sala de juntas. Satoru iba detrás de él a toda velocidad había alcanzado a colarse en el elevador a su oficina y aún se preguntaba... ¿de verdad debía ser tan rudo con los otros ejecutivos? Esos proyectos podrían presentarse para la siguiente semana. ¿Se estaba... desquitando? No... Nanami estaba tomándose su trabajo a pecho. Lo escuchó hacer una llamada con Haibara pero de sus monosílabos no podía sacar mucha información, incluso cuando estuvieron ya de regreso en la oficina Nanami siguió haciendo otras cosas en su escritorio él solo mientras seguía con el teléfono pegado al oído, repartiendo lo que parecían ser órdenes. Era como si estuviera solo en la oficina.

Satoru no tenía una vista previa de cómo era la vida de Nanami antes del incidente... debía ser algo así. Tampoco sabía que lo que estaba haciendo Nanami era mover sus contactos para obtener la información que quería Sukuna sobre los Zenin.... Movimientos sospechosos, incluso todos los intentos de comprar guardaespaldas o personal cercano a Sukuna. También ideaba un plan con Haibara para mover los guardaespaldas para que hubiera sólo uno que supiera completamente todos los movimientos de Sukuna para cuando llegara a la ciudad. lo más seguro era que llegaría y se trasladaría a su mansión en las afueras.

✨🌙✨

Nota: Espero que el capítulo les haya gustado, vieron el tamaño de esos huevos jajaja Gojo enojado es muy divertido ya veremos de que tratará su venganza! Aunque no creo que sea buena idea considerando que Nanami está estresado, ¿será que vemos de nuevo una pelea como los primeros días cuando Gojo llegó a trabajar?

Nos leemos el viernes muchas gracias por leer <3

Moondust - Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora