Capítulo 75: Dos especiales mega con todo

452 100 36
                                    

Cuando salieron del estacionamiento todo rastro de los periodistas había desaparecido. Estaban tan sorprendidos que olvidaron poner una canción por si seguían allí. Satoru no pudo evitar impresionarse.

—¡Asombroso! Si hay piso. Pero qué grande se ve la plaza al frente de la torre. Es la primera vez que la veo... ¡Hay bancas!

—Es para que los que vienen a trabajar tengan un área donde tomar aire... pero bueno toda esa bola de periodistas se ha apropiado de esto. Qué se le va a hacer.

Después de eso Nanami le pidió a Satoru las indicaciones para llegar al restaurante. Fueron por demás... algo descuidadas.

—Usted maneje como si fuera a llevarme a mi casa yo le digo donde tiene que girar.

Bueno tenía que confiar. Mientras iban de camino Satoru veía cualquier cosa por la ventana y comenzaba a platicar sobre ello. Ya al último antes de llegar al restaurante hizo la observación de que... llovería, y muy fuerte.

—Suena muy convencido...

—Por supuesto, cuando tienes que tender la ropa en el balcón desarrollas un instinto para saber cuándo lloverá.

Nanami no le creía pero no tuvo tiempo de decirlo.

—Allí deténgase. Estacione aquí. Es ese local pequeño...

Descendieron. Nanami vio la fachada del lugar. Satoru dijo que se trataba de un lugar descuidado pero no era así, se veía decente. Ambos entraron por la puerta corrediza y tuvieron que encorvarse para pasar. Satoru golpeó su cabeza, era muy alto para la puertita. Escuchó un "puff" el inicio de una carcajada de parte de Nanami pero cuando lo volteó a ver seguía con su semblante serio, no había señal de que se hubiera reído.

Había una cocina, algunas mesas a la izquierda y al fondo. No había mucha gente. Por el aspecto del lugar Nanami intuía que era un restaurante que abría por las noches quizás por eso no había tanta gente, era temprano. La mujer y el hombre en la cocina llamaron la atención de Nanami. La mujer saludó con mucho ímpetu en cuanto vio a Satoru. Lo llamó por su nombre y con mucho cariño, parecía que se conocían de tiempo atrás. Satoru contestó con el mismo entusiasmo a ambos. La mujer, demostrando su alegría de verlo, de inmediato lo hizo pasar a una de las mesas y dijo:

—Vamos pasen. Veo que hoy has traído a un amigo. Me agrada eso.

Nanami dio una pequeña reverencia y se presentó, lo que causó impresión en la mujer.

—Pero qué joven tan educado. Tome asiento. Cuando estén listos pueden ordenar.

El restaurante era diferente a lo que Nanami acostumbraba pero eso no quería decir que nunca hubiera entrado a ese tipo de restaurantes, así que a diferencia de lo que pensaba Satoru estaba familiarizado con técnicamente todo.

—Bien, señor Nanami. No vaya usted a esperar un mesero, aquí no hay y tampoco hay cartas por lo que tendré que decirle los platillos.

—No es necesario, sé que el menú está escrito en la pizarra de allí cerca de la cocina... ya lo he visto...

—¿Qué? No, no lo haga, no vea eso allí están los precios y así como usted no me deja verlos pues yo no le dejaré... —puso su brazo en un intento por evitar que viera, Nanami sabía que era inútil una pizarra así de grande era obvio que la seguiría viendo.

—Entonces, señor Gojo, que le parece lo siguiente. Como la vez que lo llevé a mi lugar especial le di la recomendación de la comida. ¿Qué le parece si usted me recomienda algo de aquí?

No lo dijo dos veces a Satoru le pareció una excelente idea y ni siquiera le dijo el nombre se volteó y gritó a la cocinera.

—¡Señora Miyamoto dos especiales megas! —volvió su rostro para preguntarle a Nanami— ¿le gusta el chile?

Moondust - Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora