Capítulo 53: Seguir indicaciones

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7:20 am

Satoru y los niños abrieron la puerta del departamento. Él sacó primero su cabeza para inspeccionar el entorno, temía que alguna de las vecinas lo hubiera descubierto tras haberlo visto en la televisión y ahora hubiera una bola de periodistas afuera. Sabía de los casos de personas no famosas que terminaban envueltas con un famoso y la prensa los volvía locos. Satoru no temía por él, él era de la clase de personas a las que les gustaba la atención, pero ¿alguien podría pensar en los niños?

Los tres estaban imitando a su padre, se asomaban temerosos por detrás de la puerta aunque no tuvieran idea de qué les asustaba.

—¡Vamos no hay pájaros en el alambre —dijo Satoru y los cuatro salieron de inmediato corriendo de la casa. Los niños en verdad se esforzaron en correr, sus cortas piernas avanzaban muy poco por lo que Satoru técnicamente solo caminaba a grandes zancadas mientras que ellos corrían a toda velocidad. Mientras recorrían el pasillo Satoru los miraba y les pedía silencio, debían de ser muy cuidadosos. Los niños se imaginaban que estaban en una misión ultra secreta y peligrosa así que le seguían la corriente. Bajaron las escaleras, a paso normal, y luego se treparon a la carriola para que Satoru los llevara a toda velocidad hasta la guardería. Los tres se divertían gritando "wii" mientras el viento los despeinaba.

En ninguna de las calles encontró a algún periodista... claro cómo iban a ir detrás de él si él no era nada de Nanami. Aun así era mejor estar preparados hoy tendría una de las citas para rentar un departamento. Esperaba llegar a un acuerdo para escapar de donde vivía.

Al llegar a la guardería acomodó la ropa de los niños, lucían impecables, y se despidió.

⭐⭐⭐

7:50 am

Satoru llegó a la torre después de comprar el pan... ésta seguía rodeada de periodistas. Alcanzó a ver a lo lejos a aquel hombre que días antes había pedido una entrevista con Nanami a las recepcionistas así que, para que no lo viera y para que otros periodistas no lo detuvieran como a otros empleados, salió corriendo abriéndose paso entre la gente. Estuvo a salvo dentro del gran vestíbulo de la torre. Allí tuvo que detenerse pues había elementos de seguridad que solo dejaban pasar a los pisos superiores al personal autorizado. Satoru mostró su identificación de la empresa por primera vez en lo que llevaba trabajando y por fin pudo subir.

Llegó y comenzó la rutina.

Cinco minutos después la puerta de la antesala se abrió. Nanami había llegado. Satoru de inmediato se asomó desde la mesa donde estaba la cafetera y con la sonrisa que lo caracterizaba le dio los buenos días.

Nanami se había quedado callado al menos por un momento lo que extrañó a Satoru.

—Hola... jefe. ¿Cómo está? —se acercó un poco preocupado.

—Buenos días, señor Gojo. No le ponga ni azúcar ni leche a mi café... que esté cargado.

Y caminó a su oficina. Las puertas se quedaron abiertas. Cuando el café estuvo listo Satoru puso ambas tazas y los panes en la bandeja y de paso tomó una carpeta y entró a la oficina. Nanami ya estaba sentado frente a su ordenador.

—Como lo ha pedido jefe... —Satoru tenía la impresión de que Nanami no estaba bien así que trataba de ser lo más considerado posible— tenga. Y... le traje la pieza de pan que le gusta para acompañar.

Nanami le dio las gracias. Satoru le preguntó si quería saber los pendientes para ese día. Tuvo la atención de Nanami quien solo asintió. Comenzó a decirle cada uno de los pendientes del día... en realidad no eran muchos. Como estaban cercanos a terminar el mes solo debían esperar la entrega de los diversos reportes de todas las empresas. Ahora en realidad el mayor problema era lo de Sukuna. Pero Satoru no se animaba a preguntar directamente. Después de terminar de dar los pendientes se quedó en silencio y disfrutó de su taza de café. Nanami sintió extraño que fuera tan temprano y no estuviera escuchando a su asistente hablar como perico. Y él necesitaba escucharlo.

Moondust - Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora