Capítulo 34: Extraviado

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Martes

El despertador sonaba y sonaba. Llevaba cinco minutos así pero Nanami no lo apagaba. No estaba dormido solo estaba recostado en la cama, ya tarda que estaba despierto.

Ayer, al llegar a casa, como se sentía sumamente cansado solo se quitó la ropa y se tiró en la cama. De inmediato concilió el sueño. No recordaba lo que había soñado pero sí tenía la sensación de que no era nada agradable. No era agradable porque le causaba confusión... Ya por fin podía ponerle nombre al sentimiento que desde la tarde del día anterior lo acosaba, pero seguía sin saber qué era lo que le causaba eso... al inicio pensó que se trataba de efectos secundarios del medicamento ¿qué más podía ser? Estaba cansado y desorientado además tartamudeaba, eso no era común en él. No sabía si eso ya se le había quitado no había intentado hablar.

El sueño... si bueno el sueño no lo podía recordar ni en esencia. Pero se esforzaba por recordar sabía que era importante quizás así podría entender el porqué de su confusión. Finalmente se puso de pie y se metió a la ducha y en plena ducha lo recordó. Sus ojos se abrieron de inmediato cuando la imagen se vació en su mente. Se asustó tanto que... casi se resbala.

Comenzó a temblar, luego a negar con su cabeza y después... vino la furia. Estaba tan enojado que todo lo que hacía era de mala gana. Pero curiosamente conforme avanzaba su rutina y repetía una y otra vez el sueño su enojo disminuyó. Una vez acomodada su corbata ya no había rastro de enojo sólo la misma confusión.

Con determinación tomó una decisión...

—Debo hacer que él renuncie.

💼

6:30 am

En el departamento mientras Satoru arreglaba a los niños Nobara le preguntó con timidez si se veía como un niño.

La respuesta de Satoru fue simple:

—Pues a mí me parece que te ves como niña.

Pero Nobara no estuvo contenta con ello y pidió a Satoru que ese día le pusiera un vestido para verse más bonita. Satoru atendió su orden. Antes de irse a la guardería Satoru encontró la cajita con algunos broches y moños que una vecina le había regalado a Nobara hace tiempo. Le dio a escoger a Nobara y ella optó por un moño azul, a juego con su vestido del mismo color.

No... Satoru no tenía ni idea de cómo peinar a Nobara esa era la razón, y que siempre andaba a las carreras, por la que no usaba ese estuche con moños. Por lo que solo encajó el broche en su cabello con sumo cuidado del lado izquierdo.

Yuuji y Megumi la vieron y estaban sorprendidos. La halagaron.

—Estás bonita —dijeron los dos.

Satoru les hizo segundas.

—Es hermosa.

🎀

9:15 am

Satoru llegaba corriendo a la oficina se le había hecho tarde. ¡No era su culpa! De verdad había salido de casa con tiempo pero el transporte donde venía de la guardería a la oficina tuvo una falla mecánica y... tuvo un pequeño accidente. No pasó a mayores. Ante el choque, como Satoru iba de pie, terminó cayéndose. Intentó aferrarse a una de las barras pero... había usado su mano izquierda. Como aún no estaba del todo bien al agarrarse inmediatamente se soltó y cayó lastimando así su trasero y un poco su cuello. Vaya que si para mala suerte nadie le ganaba.

Puso las cosas en su escritorio y corrió a prender la cafetera. Mientras se hacía el café tomaba un montón de documentos y los organizaba, esos eran los pendientes del día. Volvió a la cafetera y sirvió primero en la taza color hueso y luego en la de color azul, puso el pan en el plato. Acomodó todo en una bandeja y ésta la tomó con la mano derecha y entró a la oficina.

Moondust - Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora