Capítulo 37: Urgencias

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Satoru estaba aturdido. No sabía cómo era que ahora estaba dentro del auto de su jefe esperando a que él entrara. "Satoru debes de aprender a decir que no", se dijo en su mente. Sólo había dos cosas en la cabeza de Satoru en esos momentos: ¡los niños! Y ¡odio los hospitales!

Nanami subió al carro y sin decir nada más condujo fuera del estacionamiento. Ni siquiera se había acordado de ponerse su saco. Satoru se asustó al ver a la bola de periodistas saltar hacia el carro, era la primera vez que esperaban a Nanami. Era impactante, lo hizo respingar. Nanami maldijo, se notaba impaciente y muy... nervioso.

—¡Es usted muy popular, señor Nanami! —dijo Satoru en un esfuerzo por tranquilizarlo—. Mire todas esas cámaras, le dije que es usted todo un modelo. Vuelve locas a las señoritas. Si me lo permite... yo creo que usted es más guapo que Sukuna.

—No diga nada por favor. No lo vayan a escuchar.

—¡¿Escucharme?! ¡Oh dios lo oiga quizás deba trabajar de modelo! —comenzó a saludar detrás del vidrio— ¿Así es cómo saludan los famosos...? ¡Oh lo había olvidado usted es famoso! ¿Me puede dar su autógrafo...?

—¡No! —pisó el acelerador, lo que hizo que Satoru se aferrara con su mano útil al brazo de Nanami— ¡¿Qué hace?! ¡Suélteme!

—¡Usted ha olvidado que tengo una lesión en el cuello! Por favor relájese ya sé que me quiere matar.

Bajó la velocidad, era cierto.

—Esos periodistas si que quieren un trozo de su carne, jefe. La próxima voy a bajar y les diré que no lo molesten.

Satoru dejó de hablar ahora estaba asombrado ¿Escuchó bien...? De inmediato Satoru miró a Nanami. Eso que había percibido hace unos segundos... ¿eso había sido la risa de Nanami? Por un momento lo percibió pero casi como si hubiera sido un espejismo se desvaneció sin dejar rastros.

—Señor Gojo es usted muy inocente —Satoru aun lo miraba cuando dijo su nombre, sólo sonrió—. Se nota que no ha tenido nunca que lidiar con eso. Esas personas no tienen piedad... todo aquel que cae en sus garras es despellejado. ¿O es que acaso no ve las notas en la televisión? —Satoru evitó decirle que él solo se sabía las diez temporadas de Los Ositos en Problemas, el programa que veían sus hijos—. Si baja sería nuestro fin. Por favor quédese al margen de eso. Mientras no les hablemos no habrá problema.

—Sí... claro que lo haré, haré lo que usted diga —por ahora evitaría decirle que un periodista, aquel que viera en la recepción, sabía su nombre y que era su asistente. Esperaba que ese encuentro no le generara problemas en el futuro.

Llegaron al hospital. Nanami le abrió la puerta y le ofreció su mano para que pudiera incorporarse. Satoru la vio por un momento... bien eso era... extraño. Con timidez y sin ver el rostro de Nanami contestó:

—Está bien, jefe, puedo yo solo. Muchas gracias —era mejor poner distancia en ese momento.

Nanami no dijo nada al respecto parecía que solo era pura amabilidad. Lo llevó a la sala de urgencias y explicó que lo traía a consulta porque había tenido un accidente. Luego se dio la vuelta para decirle:

—Bueno, señor Gojo, lo esperaré aquí...

Pero Satoru solo lo miraba estaba aterrado. Tanto que no pensó en realidad en lo que estaba diciendo.

—Por favor acompáñeme... Está bien si se queda callado sólo... necesito que alguien me acompañe allí adentro. Mi relación con los hospitales no es muy buena.

—No lo entiendo... —si no le gustaban los hospitales ¿por qué lo había acompañado ayer?

—No es necesario que lo entienda por favor, sólo acompáñeme. ¡Se lo compensaré lo juro! —hizo una pequeña reverencia.

Moondust - Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora