Capítulo 136: Resfriado

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Viernes de dosis dulce :D

Este capítulo contiene referencias musicales, aunque no son canciones que queden con lo que pasa realmente.

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Totsuzen No Okurimono - Taeko Ohnuki

Link: https://youtu.be/A4Dusa03v1s

Jajauma musume - Taeko Ohnuki

Link: https://youtu.be/oFYI0BPHrm0

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Viernes 8:13 am. Torre de Babel. Día nublado.

La puerta de la antesala se abría, Nanami había llegado. Avanzó a paso seguro, sus pisadas levantaban ligeramente el polvo que había por toda la antesala producto del trabajo de remodelación, no había baldosas y había pedazos de escombro por todo el lugar. El polvo se quedaba impregnado ligeramente en su traje completamente negro, del cual, sólo destacaba la corbata dorada.

Los trabajadores aún no habían llegado por lo que podía mantener sus puertas abiertas en lo que llegaban. Encendió la cafetera y se dispuso a tomar su café en el silencio de la oficina. Frunció sus labios, debió comprar un pan de camino. Se sentó ante su escritorio, puso sus lentes y comenzó a trabajar.

Parpadeó, de reojo había visto una silueta ir y venir por la oficina ¿un fantasma? lo dudaba, en el piso 77 no había fantasmas... en los pisos más bajos y estacionamiento sí... pero en el 77 no. Lo sabía porque se había quedado hasta la madrugada en la torre y nunca nada lo había asustado. No era escéptico ante esas cosas, él había visto fantasmas, pero no le inspiraban miedo quizás porque lo que siempre había visto eran residuos de energía que se quedaban en los lugares. Por ejemplo: en el piso 10 allí sabía que había fantasmas en los cubículos, había visto residuos de energía en ese lugar, solían escucharse voces, pero miedo... no, miedo nunca tuvo. Y esta vez no era la excepción. Decidió ignorar a aquel fantasma.

Lo veía ir y venir de nuevo y pronto sus movimientos, aunque los percibía de reojo, lo hicieron sentirse familiarizado. Aquel fantasma hacía los mismos movimientos que su asistente. Y por un momento se sintió sumamente triste, la soledad de la oficina comenzaba a oprimirlo le generó angustia aunque quisiera sentir falsa compañía. Satoru no estaba allí... apartó sus manos del teclado y se dejó llevar por la ansiedad. El silencio lo torturaba. Tomó su celular porque quizás poner alguna de las canciones que solía recomendarle Satoru le ayudaría a distraerse, le ayudaría a no escuchar los pasos falsos en la oficina.

Comenzó a reproducirse Totsuzen No Okurimono de Taeko Ohnuki y como esas canciones parecían ser una conspiración divina en su contra la canción no era para nada alegre... y realmente no tenía nada que ver con su vida pero era suficiente para terminar de hundirlo. Vaya qué frágil era.

Sacó la cajetilla de cigarros que desde hace tiempo había arrumbado en el cajón de su escritorio y encendió uno. Se recargó en su silla y sólo vio el humo que salía de su boca ascender, mismo que de reojo difuminaba al fantasma que ahora abría la puerta de la antesala y se acercaba en silencio a la oficina.

Moondust - Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora