Capítulo 68: Deseo

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Nota: *Risa malvada* Les traigo un capítulo BOMBA! allí lo dejo y me voy lentamente.

✨🍦Advertencia de contenido sobre: sexualidad, se recomienda discreción🍦✨

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Los Ángeles. Viernes. 09:03 pm

Sukuna tenía razón... Nanami era su amuleto de la suerte. Después de que Yuki Tsukumo estuviera alegando con el fiscal y la detective, después de decir que eso podría traer problemas entre países e incluso sugerir que alguien quería incriminar a Sukuna, se tomó la decisión de que no podía seguir más tiempo detenido. No fue como tal un juicio sólo una intervención.

Nanami en realidad no hizo nada... no en cuanto a su detención pero sí con respecto a otras cosas por ejemplo: la propia seguridad de Sukuna de ahora en adelante o la suya o la de Yuki. Incluso también se encargó de hablar con la esposa y uno de los allegados al empresario Sully para limpiar de toda culpa a Sukuna. Quedaron en muy buenos términos. Nanami simplemente se encargaba de limpiar, cuanto se pudiera, el desastre que dejaba a su paso Sukuna.

En la sala de espera de la agencia de policías les dieron la noticia y lo primero que hizo Nanami fue tomar su celular y mandarle un mensaje a Satoru sin importarle qué horas eran. Haibara notó lo ensimismado que estaba con el teléfono, nunca lo había visto así, pero ya se imaginaba quien era el destinatario de sus mensajes. Era el único que lo suponía.

Llegó la hora en que liberaron a Sukuna y se movilizaron. En el estacionamiento de la estación de policías, y aún resguardado por sus guardaespaldas, Sukuna fue subido a una camioneta en compañía de Ijichi. En la segunda camioneta subieron Nanami, Yuki y Haibara. Aunque afuera había un montón de periodistas lograron evadirlos y no tuvieron ninguna toma o foto del interior de las camionetas, pero sabían que estaban allí. Los periodistas se aferraban a su presa, montaron camionetas y comenzaron a seguirlos.

Dentro del vehículo era inevitable sentirse asustados ante lo que pasaría. Yuki hizo el comentario de que después de eso tomaría unas vacaciones con el dinero que le darían. Nanami contestó:

—Tendrás que esperar esto no ha acabado aún.

Llegaron a un gran y lujoso hotel. La suite presidencial era para Sukuna quien en cuanto llegó se metió a bañar porque se sentía muy mal y apestaba.

Al resto se les dieron otras habitaciones pero se quedaron en la sala de la suite esperando a que el jefe de todos saliera. El silencio se hizo incómodo, luego comenzaron a platicar entre Ijichi, Yuki, Nitta y Haibara, Nanami no era bueno conversando. Así estuvieron compartiendo tragos hasta que llegó Sukuna vestido sólo con una bata.

—¡Un brindis! —tomó una copa y llamó la atención— ¡Por este genial equipo que ha logrado una vez más sacarme de un arresto! Bueno, vamos a celebrar. Pediré comida, bebida y alguien que ponga música

Pero todos lo miraron con enfado. Yuki fue la que habló:

—¿Estás loco, verdad? ¿Es acaso que nada logra agotar tu energía?

—Dormí bastante en la celda.

—¡Tú sí pero nosotros no! ¿Podrías dejar la fiesta para mañana?

Nanami interrumpió la conversación, era el encargado de hacer que todos volvieran a la realidad.

—Siéntate. Hay cosas que tenemos que hablar.

—Oh Kento por dios. ¡Déjalo para otro día ya estoy fuera!

—Pero nadie dijo que eras libre. ¡Puedes sentarte y escuchar solo por una vez!

Moondust - Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora