Capítulo 88: Hermano mayor

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Agosto. Domingo. 12:47 am

Satoru estaba recogiendo la mesa cuando llamaron a la puerta del departamento. Los niños de inmediato comenzaron a impacientarse, corrían alrededor del sillón, se metían entre cada paso que daba su padre y lo hacían tambalearse mientras él caminaba a la puerta. Estaban sumamente emocionados, era la primera vez que alguien los visitaba. Cuando Satoru por fin abrió la puerta los tres se detuvieron y se escondieron detrás del sillón. Choso había llegado y traía una maleta deportiva con su ropa y una bolsa de tela con las compras.

—Hola, traje comida —dijo con su ronca voz llena de pereza.

Y al entrar los niños de inmediato salieron del sillón y comenzaron a correr a su alrededor gritando: "hola, hombre triste".

Satoru volvió a regañarlos, debían llamarlo Choso. Pero a él realmente no le importaba como lo llamaban. Dejaron la bolsa con comida en la cocina y Satoru llevó a Choso hasta la lavadora y lo instruyó a cómo usarla y luego volvió a la cocina para ver que comida traía. Esta lavadora tenía una advertencia que fue dada por Megumi:

—No... monstruo.

Yuuji sirvió de intermediario entre el mensaje de su hermano y Choso.

—Es un monstruo, tenga cuidado.

Choso no comprendió así que se sorprendió cuando vio que la lavadora comenzó a caminar cuando la puso a funcionar. Los niños gritaron, se escondieron detrás de él y se aferraron a sus piernas. Choso se había asustado también, no esperaba eso.

Desde la cocina Satoru se reía mientras robaba de la comida que había traído Choso.

La primera tanda de ropa salió y los niños acompañaron a Choso hasta el balcón. Mientras él exprimía la ropa y la colgaba Megumi estaba en el suelo sentado con una cubeta llena de pinzas y se las pasaba una a una. Yuuji le pasaba una que otra prenda mojada y Nobara... ella miraba el jardín por los barrotes del balcón no le interesaba trabajar.

Terminaron de tender. Choso les dijo que irían a la sala. Los niños lo seguían en fila como pequeños pingüinos. No lo dejaban ni a sol ni a sombra y él parecía muy acostumbrado a eso. Satoru los llamó para comer. Después de eso Choso les hizo entrega a los niños de tres bolsas con diferentes tipos de dulces una para cada uno. Los niños corrieron a la sala, se sentaron en el tapete donde solían jugar y comenzaron a revisar las bolsas con dulces. Estaban emocionados, probaban diferentes tipos de dulces.

—Gracias —le dijo Satoru a Choso— eres de las primeras personas que conocen y has sido muy amable con ellos.

—No es nada. Son muy adorables la verdad. Estás diciendo que soy de las primeras pero seguro sólo dices eso para hacerme sentir bien.

—No. No es eso. Yo estoy diciendo la verdad, conocen gente de la guardería pero nadie ha venido de visita.

—Mientes. Seguro, no sé, viene tu familia a verte.

—Oh no... yo no tengo más familia que ellos. La única persona que solía venir era una vecina pero se fue hace tiempo. Ellos te están tomando cariño, son muy amigables.

Choso miró a los niños. Le parecía divertido verlos negociar cambios de dulces... aunque en realidad era Nobara la que estaba haciendo tranzas a sus hermanos. Satoru suspiró y tuvo que intervenir

—Nobara deja de robarle dulces a tus hermanos, tienes los tuyos... no pongas esa cara te estoy viendo.

Ella entendió y se sentó a comer sus dulces. Satoru continuó la plática.

—Oh tengo una buena noticia. El viernes fui con el señor Nanami a ver departamentos.

—¿Con el señor Nanami? —a Choso se le hizo un poco extraño— ¿Y por qué con él?

Moondust - Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora