Capítulo 172: Un orden alterado

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✨🍦Advertencia de contenido sobre: mención a ansiedad, depresión y autolesión, se recomienda discreción 🍦✨

5:00 pm

Era hora de pausar el trabajo. Satoru le decía chistes malos a Nanami mientras terminaban de guardar sus cosas, no se rio de ninguno. Al salir a la antesala vieron el hermoso vitral que serviría de división a la cocina... la remodelación de la antesala ya casi estaba terminada.

Nanami condujo hasta la panadería ambos salieron a comprar pastel y dulces y cuando subieron, mientras acomodaban las cosas, Satoru llevó su mirada a unos árboles... entonces por fin pudo ver al paparazzi. Llamó la atención de Nanami y le informó de la manera más discreta que los seguían. Nanami maldijo... y quien sabe desde cuando los había estado siguiendo. Ahora que ya sabía de su existencia mientras conducía tomó un atajo a la autopista para perderlo, ¡y lo logró! Aunque ahora se preguntaba ¿por qué el paparazzi lo seguía a él? Quizás quería saber dónde estaba Riviera. Cuando llegaron al hospital por suerte no los había seguido. Nanami revisó al salir y se preparaba para caminar al hospital cuando escuchó el claxon de su auto. Se giró, Satoru seguía dentro con los brazos cruzados y haciendo puchero. ¿Era en serio? ¿De verdad seguía con ese berrinche? Y Nanami se reprendió en silencio por seguirle el juego. Rodeó el auto y le abrió la puerta. Satoru sacó su mano con el guante con suavidad y sensualidad al inicio, después al ver que no había reacción la agitó para volver a darle a entender que quería que lo ayudara a salir. Nanami lo miró con desaprobación, no lo haría aunque ahora parecía que aleteara. Entonces Satoru sacaba suavemente su pierna pero seguía con su mano en el aire. Ni siquiera eso funcionaba. Satoru comenzó a gritar mientras se resbalaba en el asiento de forma dramática.

—Ay auxilio por favor, ay un caballero que me ayude no ve que necesito que alguien sostenga mi frágil mano para que mi frágil y hermoso cuerpo salga del auto... —cambió de tono— Oiga no se haga el que no sabe —y volvió a su tono molesto— caballero ayude a este pobre damiselo en peligro... si no hace puntos como caballero no pensará que le voy a dar mi culo ¿verdad? Ay auxilio... ¿eh?

Nanami había tomado su mano. Satoru lo miró con incomodidad, Nanami jaló su mano y por reflejo Satoru había salido del auto aunque torpe y tambaleante y tuvo que aferrarse a Nanami. Había sentido el agarre de éste... le sostenía la mano ¡y también de la cintura y le susurró al oído!

—Recuerde bien lo que ha dicho... me alegra que aceptara que usted sería el sometido y no yo.

Lo ayudó a incorporarse y mantuvo su mano sosteniendo la suya mientras sacaban el pastel y dulces y cerraba la puerta. Satoru notó eso y se soltó, siguió con su drama.

—¡Usted no sabe tratar a un damiselo como yo!

Y caminó sonrojado al hospital. Llegaron hasta la habitación de Riviera primero. Ella desde su perspectiva vio primero una caja y luego a Satoru quien caminaba orgulloso. Ella sonrió desde luego al verlo.

—¡Hola! Logré convencer al señor Nanami de que me trajera.

—¡¿Cuántas veces más voy a ser humillada?! No tengo maquillaje —fingió pero la verdad es que estaba feliz de verlo, Satoru se sentó a su lado y le hizo entrega del paquete.

—Te trajimos un pastel pequeño y muchos dulces. Eso te alegrará.

—¡Woah pastel! —sus ojos destellaron al ver la caja, tomó uno de los cubiertos de la bandeja de comida que apenas le habían traído.

Haibara habló.

—Ella ha estado muy berrinchuda... no quiere la comida del hospital.

—Sabe fea —dijo mientras tenía la boca llena de pastel.

Moondust - Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora