Capítulo 14 | Megan

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Toda la noche estuvimos viendo películas, la pasamos genial. Por suerte, mi mejor amiga aprendió a convivir con mi afición por los filmes y las historias. También compartimos otros hobbies, tal y como la lectura. Tenemos épocas en que decidimos empezar un libro juntas y cada semana damos opiniones y discutimos nuestros pensamientos. Como un pequeño club, solo para nosotras dos.

Nos quedamos dormidas, aproximadamente, a las dos de la mañana. Tate se despertó primero que yo, sentí cuando se levantó de la cama. La seguí medio dormida y llegamos a la cocina.

- Buenos días, dormilona.

Me sorprende que Tate esté de buen humor y me haya llamado por un apodo. Ella es cariñosa, pero le van mejor los apodos como nombre de contacto, que siendo expulsados de sus labios.

Todas mis células se alegran conmigo y saltamos de felicidad.

- ¿Volviste a soñar con tu amor platónico?- pregunta mientras saca una sartén y dos huevos.

- Lamentablemente, no- Se ríe en mi cara y me señala el aceite-. Solo por hoy te voy a ayudar. Estoy de buenas.

Su sonrisa da paso a un divertido y delicioso desayuno.

A Tate le encanta la cocina, desde pequeña le ha fascinado y, siempre que tenía la oportunidad, lo intentaba. Al principio se le quemaban las cosas o sabían extraño, mis papás y yo éramos los jurados, y tal vez no siempre fuimos imparciales. Últimamente, mi Tate está practicando, especialmente, repostería. Por eso, siempre que se queda en mi casa, ella cocina y yo solo la observo y le doy apoyo moral. Incluso, mi madre y ella son las encargadas de los aperitivos en las festividades. Sus galletas de vainilla con jengibre mejoran cada día, tanto en forma como en sabor.

Teniendo en cuenta que lo mío nunca ha sido la gastronomía o tener la paciencia para cocinar, se los dejo a ellas. Lo mío va más por el lado de la degustación.

Mis padres salen de casa demasiado temprano para ir a la iglesia y hacerse cargo de sus asuntos personales, entonces, cada vez que estamos juntas, despertamos, desayunamos y después hacemos nuestro devocional. Me encanta que Tate se quede conmigo, realmente me entiende y hace que todas mis preocupaciones se vayan. Cuando ella está conmigo, puedo ver todo de colores. Ella es mi pequeña hermana menor y quiero protegerla de cualquier mal que pueda amenazar con dañarla, y ese sentimiento me causa un poco de remordimiento y acidez, el que pueda que no siempre esté para cuidarla.

Después de arreglarnos, y estar perfectamente combinadas, nos dirigimos hacia el ensayo de la banda. El camino hacia la iglesia nos lo sabemos de memoria, lo hemos recorrido incontables veces. Estas calles se me hacen tan conocidas, nunca las olvidaré. La iglesia es mi segundo hogar.


Terminamos el ensayo, hoy fue un buen día. Los chicos estaban inspirados y se entendieron perfectamente a través de las melodías. Generalmente, los ensayos son como el día de hoy, pero también hay veces en las que tenemos que cancelarlo, porque hay un instrumento dañado, a Tate se le va la voz o simplemente porque está tan perfecto, que nos damos el tiempo para hablar o comer.

- ¡Necesito la atención de todos!

Dirigimos nuestras miradas hacia Antony, un poco intrigados por la repentina orden. Hacemos un círculo alrededor de él y esperamos varios segundos, hasta que se acerca a Lisa. Agarra su mano y la trae consigo al centro.

- Lisa... sé que nuestra separación fue un error, fue mi culpa, debí confiar en ti, debí creerte. Estoy muy arrepentido, todos estos meses sin ti, han sido una tortura- Lisa ya se encuentra llorando, es muy sentimental, y este momento sí que merece sentimiento. Antony toma aire y continua-: Te amo. Te amo tanto. Y estoy demasiado seguro de que te necesito para toda mi vida, pero para eso... necesito que me perdones y aceptes volver conmigo, ¿lo harías?

La persona correcta en el momento perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora