Capítulo 27 | Ethan

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Ahora

Al fin, luego de tantas clases intensas, soy un experto en la lengua de señas. Una vez que comprendes su funcionamiento principal, no es tan complicado. Muchos me dicen que tengo una ventaja al haber perdido mi audición siendo ya un adulto. Puedo hablar con los demás, conozco bien las palabras.

He estado tan enfocado en poder comprender bien las bases, así como nuevas formas de interactuar con las personas, que no he vuelto a tener tantas decaídas.

Aún trabajo en la fábrica. No pienso entrar a un hospital hasta que sienta que cuento con todas las capacidades necesarias para ejercerlo correctamente.

Sigo bebiendo, pero ya no lo hago tan seguido como para perder el conocimiento todos los días. Aún no logro descifrar qué fue lo que me hizo reaccionar de mi maldito estado de negación, autocompasión y egoísmo. Pudo haber sido mi conciencia o... Ben.

Me escribió en la mañana pidiéndome una reunión, diciendo que necesita hablar conmigo. La mala noticia es que nos vamos a encontrar en la iglesia, el lugar al que juré no regresar nunca.

Ben: No olvides venir esta noche, tenemos una propuesta para ti. Una que te arrepentirías de rechazar.

Suspiré luego de leer el mensaje, aún no decido si es correcto que vaya. Una parte de mí cree que el lugar será mi perdición, pero por otro lado ¡joder! El hombre pudo haber salvado mi vida, le debo al menos eso.

Tomé mi maleta y comencé a verificar que todo esté en su lugar para poder cerrar la fábrica.

- Guapo, ¿quieres venir a mi casa hoy? Estaba pensando en hacer la misma pasta de la otra vez- Siento a Emma pasar por mi lado, recargándose en la pared mientras espera a que termine de leer el mensaje.

- Hoy no puedo, nena. Tal vez otro día.

- Como quieras- Puedo leer en sus labios, para luego darme un beso en la mejilla.

Conocí a Emma cuando ingresó a la fábrica, luego de mi accidente en el puente. Unos días después, nos encontramos en un bar cercano. Ya me encontraba un poco mareado y, después de un ligero coqueteo, terminamos besándonos. Desde el comienzo ambos fuimos claros y directos. Sería únicamente físico, sin sentimientos.

Ella es dos años mayor que yo y acababa de terminar una relación muy larga. Yo estaba en depresión y sin ningún interés de volver a involucrarme románticamente con nadie.

 ¿Qué podría salir mal? Es más sencillo. Somos amigos y nos acompañamos sin necesidad de comprometernos.

      ****************

Solo quedan dos cuadras para llegar, pero, de repente, me acobardo ligeramente. Temo que, al entrar, todos los recuerdos sean demasiado para mí, que logren arruinar esta poca estabilidad que he formado.

- Vamos, ya llegaste muy lejos, ¿te vas a retractar ahora?- Tardé un momento en comprender lo que la pequeña chica frente a mí me dice en lengua de señas. La reconozco. Es Tate, la amiga de Megan.

Se ve un poco diferente a cómo la recordaba. De hecho, creo que nunca me había fijado, realmente, en cómo luce.

Además, para sorpresa mía, sabe hablar por señas. Más confuso aún. ¿Cómo sabe que no puedo oír?

Es una chica baja, pero con un cuerpo que logra resaltar una buena figura. Tiene un largo y lacio cabello negro azabache, unos labios rosados con forma de corazón y unas largas pestañas oscuras que abrazan unos hermosos ojos de un profundo color verde.

La persona correcta en el momento perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora