¡Vaya día para recibir mis veintitrés!
Agradezco haber rechazado a Ty esta mañana cuando me invitó al cine para celebrar mi cumpleaños. Normalmente no lo celebro. Cuando estaba Megan, el 16 de abril era el día para recordar nuestra amistad, solíamos ir a comer, regalarnos detalles como aquella vez que nos compró manillas de la amistad, o las, tan icónicas, camisetas a juego. Después de todo lo que había pasado en mi vida, ella sabía que esta fecha es muy dolorosa para mí, muchas de las cosas que más me marcaron sucedieron en mi cumpleaños o solo unos días después. Megan decidió que, para poder evitar el dolor, convirtiéramos este día en algo diferente, un nuevo recuerdo. Pero ahora es un día normal. Hasta hoy.
Definitivamente había sido un día de locos. El sermón me había llegado a lo profundo de mi corazón, aún más, cuando había planeado hablar con Ben hoy, y pedirle ayuda. Todo explotó en mi encuentro con Ethan, me había hecho enojar realmente, el saber que él se creía la persona más desafortunada del mundo. Sí, había sufrido mucho, lo entiendo, pero otras personas también, incluso más, y pudieron seguir adelante. Él también puede.
Lo único bueno fue que pude descubrir su pasado, así como también comprender el porqué de su actitud. Cada vez que me ignoraba cuando intentaba adentrarme a su vida, o por qué siempre evitaba hablar de cosas que habían sucedido antes. Él había creado un muro para protegerse, pero puedo usar lo que ahora sé para ayudarlo. La desventaja es que él también sabe mi pasado. Literalmente había explotado y se lo había revelado todo.
En este instante solamente pueden suceder dos cosas: Nuestra amistad se fortalecería o él sería un completo imbécil y complicaría mi misión.
- Cuéntame, Tate, ¿de qué querías hablar?
- Tú sabes que no te he contado todo mi pasado. Sobre todo, no lo había hecho porque creí que no era necesario, que ya lo había superado por completo. Pero, recientemente, me he dado cuenta de que no es así. Ben, necesito tu ayuda, quiero superar esto por completo, quiero estar bien.
- Cuéntame todo, Tate.
En eso consistió mi resto de día. Le conté cada detalle a Ben, todo lo que me había sucedido y como aún me está afectando, a pesar de que creía estar bien. Escuchó cada palabra que salió de mi boca atentamente, diciéndome que hiciera tiempo para hablar con él algunas noches y empezar con esta rehabilitación. Esa palabra causó temblores en mi columna vertebral, pero él me aseguró que sería relajante, que no me obligaría a nada y que, sobre todo, no me juzgaría.
Ya había dado el paso más importante: pedir ayuda.
No soy una persona egoísta o apática, pero tampoco me agrada mucho la idea de pedir ayuda a alguien más. Me gusta tener el control de la situación y no depender de nadie. Probablemente, esto es a causa de todas mis experiencias pasadas, ya que prefiero la idea de ser capaz de lidiar sola con mis propios problemas, sin tener que molestar a nadie más.
Ahora me encuentro más cansada emocionalmente, pero ahora sé que no puedo sola, un poco de ayuda no puede hacerme daño. Ben había estudiado psicología y afirma que, con disposición, así como con los ejercicios adecuados, podríamos conseguirlo. También me abrazó muy fuerte y me repitió lo valiente que soy, que estaba orgulloso de mí. Entonces supe que elegí bien, porque su mirada hacia mí nunca vaciló.
- ¿Estás segura de que quieres hacer la solicitud?
- Bree, ya te lo dije, la decisión está tomada. Más bien... quiero saber si podrías acompañarme, ya sabes, para tener a alguien.
ESTÁS LEYENDO
La persona correcta en el momento perfecto
RomanceUn chico roto con el alma pérdida. Una chica con un pasado que la persigue. Dos almas destinadas a encontrarse. Ethan Hale no ha tenido una vida fácil. Lidiar con diferentes traumas que han ido marcando y sentenciado su camino, es una tarea complica...