Antes de la muerte de mi madre, Jordan y yo éramos inseparables. Comíamos juntos en la cafetería, nos sentábamos en la parte delantera del aula y éramos cómplices en pequeñas bromas a los matones de la universidad.
En nuestros recesos o tiempos libres, íbamos al patio de la universidad y jugábamos baloncesto, éramos realmente buenos. El equipo deportivo nos convocó, pero ambos estábamos muy ocupados con los estudios como para aceptar, por lo que se convirtió en un hobby, nada profesional.
Siempre fuimos buenos estudiantes, sacamos buenas notas y a los profesores les caímos excelente, esa era la fuente de envidia de John, Logan y Julián. Según todos, eran "populares", pero, según nosotros, era un grupo de chicos un semestre mayores y con buenos ingresos, que encuentran la felicidad lastimando a otras personas. Todos los chicos querían ser sus amigos y las chicas se morían por ellos. Nunca les prestamos atención y por eso comenzaron a hacernos bromas, éramos la burla de todos. Les devolvimos algunas, pero nada para ser sancionados, ellos no midieron las consecuencias y terminaron siendo expulsados.
Todo iba bien, hasta que me retiré de la universidad y no volvimos a jugar un partido, supongo que él quiere recuperar un poco del pasado y por eso la invitación de hoy.
Si quiero terminar en un año, debo estudiar demasiado, y no me da tiempo de pasar mis tiempos libres en la universidad jugando, sobre todo, porque ya no soy el mismo de antes.
Jordan es un buen tipo, es deportista y muy listo. Diría que muchas chicas quieren estar con él de forma seria, pero él está conforme jugando con algunos corazones.
Su piel morena está definida por unos músculos bien trabajados, tiene unos ojos tan oscuros como la noche, una corta melena oscura y los 185 centímetros que lleva puestos no me superan por mucho.
La mamá de Jordan es muy agradable, y aunque sean solo ellos dos, son una buena compañía.
- ¡Qué puntual! ¿Qué te ha hecho esa chica, eh?
Jordan sabe de algunas cosas que han pasado con Megan. Me da algunos consejos, a veces no tan buenos, pero es una buena fuente donde puedo refrescarme y contarle algunas dudas. Aunque no me gusta recargarme demasiado en él, no quiero abrumarlo con mis problemas.
- No te imaginas.
Ayer la pasé bien, a pesar de no estar en mi espacio. Después de comer pastel, Megan nos dirigió al patio trasero y disfrutamos de algunos juegos caseros. Al final de la fiesta reclamé mi regalo, y ella sacó de su cartera, un pedazo de papel.
- ¿Es una broma?- pregunté incrédulo.
- Solo ábrelo, después te quejas.
Abrí el papel, tal como ella había dicho, y me encontré con una interesante frase:
- "Boleto válido para ir a donde quieras"- murmuré lento, saboreando cada palabra-. ¿Cuándo puedo reclamarlo?
- Cuando quieras- Fue lo único que me dijo Meg al respecto.
Todo fue un poco incómodo ya que había demasiada gente para mi gusto, pero Megan hacía que me sintiera mejor. Siempre lo hace.
- ¿Un partido rápido?- propuso Jordan.
- De una- Agarré fugazmente la pelota que Jordan tenía en su mano derecha, y lancé, pero rápidamente me alcanza y bloquea mi tiro.
- ¿Preparado para viajar al pasado?
- Más que nunca.
En realidad, no lo estoy.
Nunca me ha gustado pensar en el pasado, es horrible. Lo único que puedo encontrar son desgracias y más desgracias. A veces me propongo no ser tan negativo, pero es imposible, la única salida es la que las fiestas me brindan, y algunas chicas también.
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La persona correcta en el momento perfecto
RomanceUn chico roto con el alma pérdida. Una chica con un pasado que la persigue. Dos almas destinadas a encontrarse. Ethan Hale no ha tenido una vida fácil. Lidiar con diferentes traumas que han ido marcando y sentenciado su camino, es una tarea complica...