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EPILOGO B

Tate

¡No puedo creer lo rápido que pasa el tiempo! Después de todo lo que pasó, por fin, la situación se puso en orden.

Me dirijo, ahora mismo, hacia el trabajo para poder terminar de repasar los últimos detalles de la apertura. Estos dos años han sido demasiado atareados, corriendo de un lado a otro, pero lo logramos y esto no puede valer más la pena.

Comienza a sonar la melodía de It's you, por lo que tomo el teléfono y lo pongo junto a mi oído con mi mano libre.

- Hola, Mark, ¿cómo vas?- Escucho una risa del otro lado de la línea. Qué extraño de su parte.

- Hola, Tate. La pregunta es, ¿cómo estás tú? Me dijiste que ya casi está todo terminado, sabes que puedes decirme si necesitas ayuda, ¿verdad?

- Lo sé, lo dices tan seguido que hasta creo que lo comprendo mejor que tú- Otra vez estalla en una carcajada, puedo imaginar sus expresiones, sin necesidad de verlo. Últimamente siempre se está burlando de mí y de lo ocupada que estoy- Bueno, tengo que colgar, nos vemos luego.

- Sí, como quieras, Tate. Sabes que no escaparas de mí- dice, dando fin a la llamada.

Si me hubiesen preguntado cómo sería mi vida a los 29, definitivamente no hubiese pensado que me encontraría aquí, estando sólo a un paso de los treinta. Pero eso no significa que no lo soñé y pedí a Dios en varias ocasiones, le oraba constantemente para que todos los problemas quedarán en el pasado, y que ya no recordara con dolor, sino que pudiese salir adelante, cumplir mis sueños y tener una linda familia. Ahora lo tengo y no podría estar más agradecida y feliz.

Desde que decidí que enfermería sería mi vocación, supe que, en un futuro, no muy lejano, me gustaría tener una clínica. Nada colosal o extravagante, pero sí un lugar que no solamente fuera para curar físicamente, sino que también, sentimentalmente.

La clínica Purpose, es un proyecto en el he estado trabajando duro, y que llegó a mí como un rayo de luz. Será un lugar en el que, junto con algunos médicos y otros enfermeros que también se unieron a la causa, brindará ayuda a los que requieran tanto supervisión médica, como del corazón y no me refiero literalmente.

A pesar de que me quiera dar todo el crédito, esto fue posible gracias a Megan, ella dejó una gran marca en todos nosotros. Además, me inspiró, por medio de ella surgió la idea de unir nuestros sueños, nuestros proyectos, y ahora este lugar será un lugar de sanación sin importar cómo, dónde o qué tan profunda sea la herida.

- Llegas tarde, ¿acaso no me extrañabas?- dice Mark, cuando apenas crucé por la puerta de la clínica. Todo se ve impecable y brillante, no puedo esperar para que todos lo vean.

- Pero acabamos de hablar por teléfono. Estoy pensando seriamente en denunciarte por acoso.

- No puedes hacer eso, sabes que me amas- ¿Y cómo decirle que no? Mark llegó a mi vida hace, aproximadamente, cuatro años. En ese entonces, recién terminó su especialización y se convirtió en mi compañero de trabajo. Ahora, ya es todo un médico profesional que ha puesto todo de sí como yo, para este proyecto.

- Claro que puedo, deja de acosarme si no quieres que te despida. Por cierto, ¿sabes si Lane ya llegó? Hace un rato me dijo que vendría en cualquier momento- Se me hizo extraño porque, definitivamente, Lane es muy puntual, siempre lo ha sido. También es muy tierna conmigo, sigue comportándose igual desde que volvió. Cada vez que tiene la oportunidad, se ofrece para brindarme su ayuda, y yo no podría estar más agradecida. Realmente estoy rodeada de personas asombrosas.

- Tranquila, tigre. Sabes que mi chica es la persona más responsable del mundo, está en la parte de atrás- "Lo sé" quiero decirle, pero no pueden culparme por ser un poco histérica.

- Gracias. Y ya sabes, será mejor que te comportes si no quieres perder tu trabajo.

Me dirijo a la parte de atrás, y ahí está. Mi nueva razón de ser, mi aire e inspiración, mi corazón, mi pequeña- Hola, princesa, ¿me extrañaste?- La cargo y empiezo a besar toda su cara. Con sus mejillas regordetas y rosadas. Inmediatamente, ella empieza a hacer esos pequeños ruidos que considero risas. Megan tiene seis meses, pero ya ha cambiado mi vida por completo.

Me despido rápido de Lane y Mark para poder dirigirme hacia mi casa. Cuando Meg llegó al mundo supe que su nombre sería ese, le queda perfecto, también tiene esa aura que relaja y, además, es la niña más juiciosa del planeta. Siempre está callada, se alimenta y duerme. En ocasiones, empieza a molestar a su padre, cuando gatea y juega con él. Incluso, en una ocasión, que ni siquiera sé cómo explicar, ella y él terminaron con leche por toda su cara. Lo único que sé es que estaba sentada, dándole leche a mi hija y luego empezaron a jugar y... bueno, ya saben cómo acabó.

Entonces, lo veo. Está arreglando la cerca, tal y como le dije esta mañana. También veo una caja de pizza en la mesa del jardín, ¿acaso no se cansa de la pizza?

Ethan y yo llevamos tres años casados, los mejores tres años de mi vida. Cuando Ethan me lo propuso, años atrás, no lo podía creer. Estaba tan feliz e impactada, desde el momento en que la melodía sonó y su voz llegó a mi corazón. Estaba en ese estado, tan afectada y conmovida, que él creyó que lo rechazaría a causa de mi falta de respuesta. Sin embargo, aquí estamos. Después de todos estos años, los bajones, los problemas, las risas, las lágrimas, pero, sobre todo..., el amor.

Cada vez que pienso en Ethan, eso es lo que veo. El amor. Considero que él es la persona más apasionada al amar, y estoy tan agradecida de que Dios permitiera unir nuestros caminos nuevamente, llegando más lejos que cualquier expectativa.

Al comienzo tenía miedo. A pesar de que estábamos al fin juntos, me aterraba que, en algún momento, los fantasmas de mi pasado hubieran hecho intervención, causando que todo lo que habíamos pasado - así como construido - retrocediera, afortunadamente eso no fue lo que pasó. Cuando en la noche de nuestra luna de miel, Ethan me llevó a la cama y me tocó, no recordé nada, en cambio, sentí algo nuevo. Sentí el cariño, fue tal y cómo decían que debía ser. Cómo si te unieras a esa persona de una forma tan íntima, que sientes que no sólo se unen sus cuerpos, sino que sus almas ahora son una sola, y es hermoso. Ahora cada vez que Ethan me mira, me toca o me besa, es como si estuviera diciéndome cuánto me ama.

Me quedo observándolo un rato, hasta que desvía su mirada y nos ve. Entonces sonríe.

Amo esa sonrisa, sus hoyuelos, amo todo de él. Me hace sonreír también. Lo que me recuerda que ha estado cumpliendo su promesa, siempre hay una sonrisa brillante en mi cara.

- Llegaron mis chicas favoritas. ¿Cómo te fue, estrellita? Mi amor, recuerda que esta mañana saliste tan temprano, que no me diste mi beso matutino, lo quiero ahora- me dice, dándole un beso a Megan y luego uno a mí. También haciendo una señal hacia sus labios, niego divertidamente con la cabeza, colocándome en puntas para poder unir mis labios contra los suyos. Ese apodo me hace sonreír, así que decido jugar un poco.

Me alejo y le extiendo la mano, aún con nuestra pequeña hija dormida profundamente en mi otro brazo. Me mira alzando una ceja y con un indicio de curiosidad en el rostro.

- Mucho gusto, soy la afortunada chica que vivirá de tu amor- Se le ilumina el rostro, dejando ver una ligera sonrisa torcida. Entonces tira de mi mano, y nos ubica a los tres en un abrazo, colocando su mano en la parte baja de mi espalda y la otra sobre la cabeza de Megan.

- Un placer, yo soy el chico afortunado que adorará tus sonrisas.

Sentir su aliento y olor familiar es reconfortante. Sobre todo, encontrarme protegida bajo sus brazos.

Tienen razón. Siempre llegarán las personas correctas en el momento perfecto, en el tiempo exacto en que los necesitas.

Ethan es mi momento indicado en el tiempo adecuado.  

La persona correcta en el momento perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora