Capítulo 71 | Ethan

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Estoy demasiado nervioso. Lo único que he podido hacer, es mirar la hora. Con cada minuto que pasa, me sudan más las manos. Observo la guitarra que se encuentra en el piso justo a mi lado derecho, la que me ha acompañado estos últimos tres meses y la que ha plasmado mis sentimientos en una melodía.

Pedir perdón no es solo hacerlo con palabras, sino con acciones, con algo especial...o eso me dijo Ty, cuando necesitaba que alguien lo hiciera. Él me aconsejó que realizara algo asombroso para ella, no necesariamente físico, y eso he estado haciendo. No es nada fácil, pero ella se lo merece.

Se lo merece todo.

Encuentro magia en todos sus colores, y solo estoy buscando una manera de hacerle saber todo lo que pienso.

La letra es realmente sincera, expresa todo lo que siento, al menos a lo que le puedo encontrar palabras. Solo pensé en ella y en mi anterior yo, para poder reflejarlo. La melodía fue más complicada. Empecé sintiendo las vibraciones en el pecho, después de muchos intentos, aprendí a manejarlo, y continuamos con la afinación. Ty me ayudó demasiado y estoy muy agradecido.

Sé que todas esas tardes no van a ser en vano, el esfuerzo, el trabajo, pero, sobre todo..., el amor.

Ty cuida a Tate (admito que a veces me dan celos) y por eso es tan estricto en cuanto a mi forma de ser y de actuar, pero, el hecho de que se sacrificara a hacer esto conmigo y por mí, es porque ahora me ve digno. Digno de cuidar a su pequeña, de hacerla sonreír..., de amarla profundamente. Y no se equivoca.

Quiero que todo salga bien, que resulte perfecto, tal y como la persona que me está mirando en este momento.

Pánico.

Pánico es lo que siento. Pero, de repente, todo se disuelve, todo mi miedo, cobardía y timidez, porque cuando la miro a los ojos, sé que todo va a estar bien. Ella es mi luz, la luz del sol que mantiene vivo a mi corazón.

Lleva un hermoso vestido blanco adornado de flores, su cabello suelto ligeramente ondulado y unos ojos verde intenso que me ven como si fuera lo más lindo de este mundo, lo hacen profundamente.

Corre hacia la banca donde me encuentro, con esa sonrisa característica suya y me acoge en un abrazo.

- Hola, mi amor- Toma asiento junto a mí.

Tal vez se esté preguntando, en estos momentos, sobre el instrumento que traje conmigo a este parque, pero no dice absolutamente nada al respecto. Al menos no por ahora.

- ¿Cómo está, mi princesa? Seguro que ser demasiado bella es agotador- Robo un beso de esos hermosos labios que hoy se ven rojos y exuberantes por su bálsamo de cereza, si tengo que adivinar.

Me sonríe y se ruboriza.

Pensé que la costumbre haría que los cumplidos no tuvieran tanto alcance, pero sus sonrojos me dicen lo contrario y me encanta. Me encanta que sienta todo lo que le digo.

- Feliz y emocionada por esta cita, no verte en toda la mañana fue una tortura. Además, ya quiero saber cuál es ese regalo sorpresa.

Ahora Tate no piensa demasiado antes de hablar, al menos no conmigo, y eso me llena de orgullo.

Su sinceridad hace que acerque mis labios a su nariz y deje plantado un dulce beso allí.

- Por si te preguntas, yo también estoy feliz por verte. Aunque, esta mañana he estado lo suficientemente alegre ya que, cuando quiero sonreír, solo tengo que pensar en ti.


Estuvimos hablando sobre la banda, los chicos y de su gran propuesta y cómo cree tener todas las bases para iniciar oficialmente. Sé que le irá genial con su proyecto, todo lo que ella se propone, se cumple. Siempre.

La persona correcta en el momento perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora