Capítulo 41 | Ethan

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  - Ya te dije que no, Emma. Por favor, no quiero ser grosero.

- Pero es que no lo estás intentando. Además, te estoy diciendo que quiero hacerlo en las mismas condiciones de antes.

- Y yo te estoy diciendo que ya no haré más esto. Mereces a alguien que te quiera. Eres una buena chica, Emma, no pierdas el tiempo conmigo y busca a alguien que te merezca. Además, me enteré de que puedes ser transferida junto con un aumento, ¿no es eso una gran oportunidad?

- No entiendo qué quieres decir, Ethan. Estás diferente, ¿no estábamos divirtiéndonos?

- Tal vez lo estoy. Sí, pasamos un buen rato, pero tiene que llegar hasta ahí, quiero hacer las cosas diferentes. Tú deberías hacer lo mismo.

- Definitivamente no eres el mismo. Prefería cuando era menos charla y más acción.

Con eso se dio la vuelta, saliendo de la fábrica. Me arrepiento de haber tomado decisiones tan estúpidas, solamente espero que Emma pueda recapacitar y tomar esa oportunidad, que olvide el daño que pude causarle y conozca a alguien que la haga feliz. En este momento, no me considero alguien preparado para una relación, menos una que había empezado con el pie izquierdo.

Recuerdo cuando recién inicié la universidad y cómo todos los chicos alardeaban con cuántas chicas se habían acostado. Sin embargo, aunque yo parecía estar con muchas, solo llegaba a besarlas, no podía dar el primer paso para ir más allá. Hasta que llegó una chica llamada Valentina, era dos años mayor que yo y, definitivamente, una de las bellezas del campus.

Me encontraba en el restaurante cuando se sentó junto a mí y comenzó una charla, en realidad estuve concentrado en mis pensamientos, en la confusión al verla sentada a mi lado y, también, en cómo lucía su cuerpo. Soy hombre y tanto mis hormonas como mis ojos, no podían dejar de mirar. Solamente logré entender cuando al final dijo que le gustaría pasar tiempo conmigo, si estaba de acuerdo. Claramente había dicho que sí y, solo unos días después, terminó llevándome a su cuarto y dejándome desnudo en medio de su cama. Había quedado tan ilusionado y enamorado de ella, que pude oír a mi corazón romperse cuando me enteré que unos pocos días después se había acostado con el capitán del equipo de fútbol. Jordan intentó convencerme de que así era ella y que no debía ilusionarme tan fácil. Pero ese día aprendí una cosa. El sexo no es difícil y es solo eso, dos personas que tienen un íntimo encuentro físico en busca de placer.

Me había planteado, desde esa edad, no conseguir relaciones muy duraderas y terminar con chicas que nunca volvería a ver. Era bastante curioso, y únicamente quería experimentar para asegurar si lo que los demás decían era cierto. Ahora me doy cuenta que no era tan sencillo como eso, claramente ser adulto siempre complica las cosas.


¿Cómo debo sentir las frecuencias, escuchar con mi cuerpo y dejar que mi cerebro pueda armonizar? Tardamos más de tres horas intentando aplicar las técnicas que Ben y Tate investigaron, pero nada está funcionando. Me estoy estresando y me duele la cabeza de tanto concentrarme. Realmente estoy intentándolo, porque sé que tanto Tate como los chicos de la banda, han ensayado por dos semanas sin descanso, para que suene perfecta y me sea más sencillo entender el ritmo.

- Tranquilo, Ethan, sé que no debe ser algo sencillo. Pero, quiero saber una cosa, ¿puedes sentir la melodía con tu cuerpo? No necesariamente identificarla, pero ¿sientes las vibraciones?

- Sí, puedo sentir las vibraciones por medio de mi cuerpo. Pero ahí radica el problema, solo siento todo desordenado, no hay nada claro.

- No pasa nada, hoyuelos. Sé que con práctica podremos lograrlo.

La persona correcta en el momento perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora