Después de llegar del trabajo, me dirigí a la casa de los señores Thorn para ayudarlos a decorar. Cuando era menor, en la escuela nos solían preguntar cuál era nuestra época favorita del año, la mayoría respondía que era su cumpleaños, para mí, siempre fue la navidad. Amo ver las calles llenas de luces, el árbol, los deliciosos postres, el pavo, la emoción de abrir regalos el veinticinco en la mañana, y el gran ambiente familiar que se puede percibir. Todo se volvió mucho más significativo para mí, cuando me explicaron que con la navidad celebramos el nacimiento de Jesús. Le pregunté a Ethan, en la mañana, si quería acompañarme a decorar, pero me dijo que tenía algo que hacer. Se me hizo un poco extraño, ya que, según tengo entendido, él no trabaja los fines de semana, pero seguramente tendría alguna diligencia que realizar.
Con la señora Thorn, nos encargamos de preparar y hornear las galletas. Siempre preferí la repostería, además, me gusta tomar mi tiempo para decorar cada una de ellas con detalle. No son muy complicadas de hacer, la masa consiste en una combinación entre jengibre y vainilla, y el glaseado tiene un toque de limón para darle un sabor cítrico. Antes no las preparaba así, pero, cuando era más pequeña, el jengibre me parecía demasiado fuerte, por lo que me había rehusado a comer más de una, a pesar de lo deliciosas y hermosas que se veían. Por esa razón, la señora Thorn decidió darle un toque especial y ofrecerme una, la probé con un poco de desconfianza, pero me terminó encantando. Desde ese día, la vainilla se convirtió en mi olor favorito.
Preparamos bastantes galletas para que fueran suficientes y me pudiera llevar varias, también le daría a Ty, Antony, Lisa, Bree, Ben, Ethan y a la señora Bennet. Las empaqué en un gran recipiente, que luego puse en mi mochila, para que no tengan la posibilidad de estropearse. Hoy decidí caminar, en lugar de llevar mi auto, a pesar de que sé que la primera nevada debe estar acercándose, deseo sentir el viento, que el aire frío acaricia mi rostro.
El cielo está despejado, pero comenzó a oscurecer. No tardé tanto en la casa de los señores Thron porque no me gusta caminar sola en la noche, así que decidí acelerar el paso, antes de que la oscuridad me alcanzara. De improviso, siento cómo alguien me toma de la cintura por detrás y me quedo paralizada, no me gusta que me tomen por sorpresa y menos si es íntimamente. Estaba comenzando a quedarme en blanco, pero logré controlarlo a tiempo. Lo siguiente que supe, fue que me solté de su agarre, di un giro a mi ubicación unos 180° y le di un rodillazo al hombre, que ahora se retorcía en el suelo.
¡Me siento genial, lo logré, vencí mis miedos, dejé el pasado atrás y pude reaccionar a la situación! Si el frío no abrazara mi piel, podría estar llorando justo en este momento, solo que, posiblemente, se congelarían mis lágrimas. Comencé a reír y dar vueltas de alegría, mañana debía contarle a Ben cuando, nuestro esfuerzo trajo sus frutos. Estaba tan ocupada celebrando, que casi olvido que acabo de golpear a alguien si no fuese porque su voz me trajo de vuelta a la realidad, en medio de la acera a solo dos cuadras de mi casa.
- ¿Qué es lo gracioso de darme una paliza, estrellita?
¡Jesús! ¡Acabo de golpear a Ethan creyendo que era otra persona! Me sentí mal por unos momentos, no quería darle ese golpe, menos dejarlo en el piso a causa de eso, pero la risa brotó de mi interior nuevamente, al ver cómo toma mi mano para ponerse de pie, mientras que, con la otra se toca el costado de su torso y hace una mueca de dolor.
- ¿Así que sigue siendo gracioso?- Ethan levanta una ceja y me mira desafiante, pongo las manos en alto en forma de rendición.
- Lo siento, no era mi intención reírme. ¡Pero no puedo creer que te haya dejado en el suelo!
Solo así, volví a estallar en una carcajada y unos segundos después, Ethan relajó su mirada y se unió a mí. La señora que estaba al otro lado de la calle, nos miraba como si estuviéramos locos, bueno, seguramente lo parecíamos, ya que estábamos riendo a todo pulmón y unos segundos antes, había golpeado a Ethan dejándolo en el suelo a causa del dolor.
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La persona correcta en el momento perfecto
RomansaUn chico roto con el alma pérdida. Una chica con un pasado que la persigue. Dos almas destinadas a encontrarse. Ethan Hale no ha tenido una vida fácil. Lidiar con diferentes traumas que han ido marcando y sentenciado su camino, es una tarea complica...