Esta rutina está acabando conmigo. Si mis cuentas no están tan perdidas, llevo poco más de tres meses aquí.
Tengo una laguna mental desde ayer, a causa de una chica del bar al que suelo acudir. Es una trabajadora del lugar y, a pesar de lo borracho que estaba, no dejé que me besara, no podía hacer otra cosa que ver a Tate por todos lados, preguntándome si alguna vez seré capaz de superarla. Algo que no veo posible.
De hecho, es por esa razón que ahora me dirijo a un lugar diferente. Es un club ubicado a unas cuadras de mi trabajo, un compañero me lo recomendó. Es un lugar un poco menos espacioso, hay demasiadas luces y la música seguramente está sonando a todo volumen.
El whisky se convirtió en mi favorito con el pasar de los años, aun cuando la primera probada que le di, hace muchos años, fue totalmente desagradable. No comprendía cómo algo tan amargo y fuerte podía ser tan popular, ahora no estoy tranquilo sin tomar al menos un vaso.
Estoy tan inmerso en mis pensamientos, que no me doy cuenta de que alguien me está hablando, hasta que siento como su mano se posa sobre mi hombro y sus labios preguntan si me encuentro bien. Solo puedo brindar un pequeño asentimiento, últimamente no uso mucho las palabras.
Sin embargo, parece que el hombre sentado a mi lado junto a la barra, no está muy satisfecho con mi respuesta. Todo se vuelve muy confuso porque pregunta nuevamente, pero esta vez en lenguaje de señas. Instintivamente frunzo el ceño, me había vuelto bueno ocultando mi discapacidad.
- Siento si estoy siendo entrometido, pero te ves algo deprimido. Solo por si quieres que alguien te comprenda, tengo la noche libre.
Qué hombre tan raro, si lo miro detalladamente, podría ser solo un poco mayor que yo. No puede estar tan aburrido como para querer escuchar mi historia o desgracias. Sin embargo, la curiosidad me invade por saber cómo percibió que no puedo escuchar, o el aura que desprende.
- Solo problemas de la vida, lamentablemente he tomado muy malas decisiones y parezco estar condenado a vivir siempre así.
No sé cuánto tiempo pasó, pero terminé contándole toda mi historia a grandes rasgos. Tal vez era cierto que necesitaba a alguien que me comprendiera en estos momentos, o simplemente el hombre llamó mi atención y me sinceré de cierta forma.
Estar contándole esto a un completo extraño, se siente diferente. Puedo ver con más claridad todos los errores que he cometido y los recuerdos me invaden. Me estaba ahogando por tragarme todas esas palabras que nunca pude decir, todo aquello que no podía aceptar, y que ahora estaba contándole a un hombre que solo se sentó a mi lado a preguntarme por qué estaba deprimido.
No me interrumpió, no preguntó nada ni una sola vez, hasta que terminé de contarle todo. Lo curioso fue que, en lugar de decir algo al respecto, él me contó su historia.
Liam tuvo una época en la que se sentía perdido, se había alejado de la iglesia y todo lo confundía. Sin embargo, llegó una chica a su vida que lo había ayudado a volver en sí mismo, al camino correcto, su primer amor le brindó la oportunidad de encontrarse de nuevo, de convertirse en misionero y seguir sus sueños. Ahora tiene una esposa y un pequeño niño, desafortunadamente, la primera chica falleció hace poco, pero no deja de estar agradecido por su vida.
- Dios siempre está moldeándote, incluso cuando parece que te está rompiendo. En esos momentos en que crees que todo está de lo peor, solo lo está haciendo por una razón. Yo tampoco lo creía, pero él sabe que no te moverás, a menos que tus circunstancias te obliguen a hacerlo.
Lo miro confundido, de repente dejo de prestarle atención al ambiente, a las luces y al bareman que está ofreciendo otro vaso. Me siento ahogado.
- ¿No lo ves? Todos tenemos estas pruebas en nuestras vidas, pero debemos saber cómo afrontarlas, ¿te quedarás aquí sufriendo y en negación, o harás las cosas bien por primera vez y lucharás por lo que amas?
No sé en qué momento esta conversación se convirtió en una especie de discurso emotivo. Nunca nadie me había enfrentado tan de frente, o probablemente sí pasó, pero no lo quise ver. Siempre dejé que mis temores me ganaran, preferí huir.
Formo un puño con las manos y el sudor se empieza a resbalar por mi frente, él no deja de mirarme con esa mirada amenazante, esperando que responda algo.
- Este consejo me ayudó en una ocasión, espero también lo haga para ti: Nadie va a vivir tu vida por ti. Si no lo haces tú, entonces ¿qué te queda?
Pasaron dos días desde que lo vi, lo último que hizo fue dejarme su número de teléfono, debo llamar si tomo la decisión de avanzar en mi vida, de elegir el camino correcto.
A pesar del escalofrío que siento por mi columna, mi decisión está tomada. Jamás me había puesto a pensar tanto como en estos días, en analizar cada paso que tomé y a que dirección me llevó eso, que probablemente nunca lo hice en el orden correcto.
Estoy cansado de esto, de esperar, de huir y de ignorar. No sabía lo mucho que necesitaba que alguien me hablara con tanta transparencia. Estoy hecho un desastre, pero planeo cambiar eso, no tengo ni la menor idea de cómo, pero lo haré.
De alguna manera, siempre termino en una iglesia. Esta es un poco más grande que la de Liverpool.
Después de tener a su hijo, Liam y su esposa decidieron quedarse en la iglesia y dejar para más adelante la parte de misiones. Esa es la razón por la que sabe el lenguaje de señas, por la inclusión, decidió aprenderlo. Aún sigue sorprendiéndome la cantidad de cosas que logran los creyentes.
Los nervios se apoderan de mí lentamente, pero hago lo posible por ignorarlos, no quiero cambiar de opinión, deseo saber la razón por la que me encontró y ahora estoy aquí.
Después de un pequeño recorrido, Liam dijo que se me asignaría un líder: Loisa. Es la hermana menor de su esposa, ella sería la encargada de interpretar las enseñanzas y de responder cualquier duda que tenga. Haré esto, estoy decidido, lucharé por algo real en mi vida.
Nunca llegué a pensar en tomar esta decisión, el aprender verdaderamente de Dios, de luchar por lo que quiero en mi vida realmente y superar el pasado. Hubo diferentes ocasiones en que lo intenté, pero esta es distinta, lo puedo sentir.
Por primera vez quiero hacerlo por decisión propia, lo quiero hacer por mí.
ESTÁS LEYENDO
La persona correcta en el momento perfecto
RomantikUn chico roto con el alma pérdida. Una chica con un pasado que la persigue. Dos almas destinadas a encontrarse. Ethan Hale no ha tenido una vida fácil. Lidiar con diferentes traumas que han ido marcando y sentenciado su camino, es una tarea complica...