A pesar de ser un día lluvioso y bastante frío, encamino el mismo recorrido que he estado tomando en las últimas semanas.
Vuelvo a llegar aquí.
Creo que ya conozco el lugar suficientemente bien. La iluminación, el parque de enfrente, a pesar de verse una fachada pequeña, es bastante amplio en el interior.
Hacer un espacio en mi agenda para ver a Meg tres veces a la semana, no me molesta y al mismo tiempo si lo hace. Tiene sus beneficios ya que, en realidad, no tengo mucho en mi agenda. Trabajo y tomo por las noches, así que es una nueva forma de pasar el rato. Por otro lado, no me agrada que esté tomando tanto de mi tiempo y atención. Maldición, incluso de mi compromiso. No sé por qué sigo yendo, no entiendo mucho de lo que hablan, pero, al menos, sigo viéndola. De alguna forma, al saber que ella se parece a mi madre, me da tranquilidad, causando que quiera pasar más tiempo a su lado y no me desagrada.
En lo absoluto.
Como si la llamara con mis pensamientos, aparece frente a mí con esos ojos marrones que tanto me cautivan. Siempre me miran profundamente, como si realmente me analizara y tuviese la capacidad para descubrir cada secreto y detalle acerca de mí.
- ¡Ethan! ¿Cómo has estado? ¿Qué has hecho?- me pregunta con ese entusiasmo que la representa. Es como si fuera su prenda favorita.
- He estado bien, porque he estado pensando en ti, preciosa- respondo mientras cojo su mano y le doy un beso en esta. Y para completar, además de sentirme cómodo a su lado, tiene una cara bastante linda, así que no puedo evitar coquetear un poco con ella.
Quita su mano y dice rápidamente:
- Te quiero presentar a alguien, espera un segundo- Sale a correr, tan pronto termina de hablar, desapareciendo de mi vista por el pasillo. Por momentos, deseo que desaparezca así de mi vida. No volver a saber nada de ella y que todo sea como antes, sin esa constante necesidad o preocupación que surge cuando paso tiempo a su lado, pero, por alguna razón, no puedo hacer eso.
Espero un segundo. Espero diez segundos. Espero veinte segundos. Espero treint...
- Esta es mi mejor amiga. ¡Tate!- Me encuentro con una pequeña chica y unos ojos verdes que me miran con sorpresa, pero, rápidamente, se distraen admirando a la chica que está en mi cabeza todo el tiempo. Debería empezar a cobrarle la renta-. Tate, este es Ethan.
La pelinegra estira su diminuta mano, esperando a que le corresponda.
Le correspondo, aunque no muy agradablemente. No me gusta conocer a nuevas personas, prefiero mi círculo pequeño, más específicamente, nulo.
- Mucho gusto- digo fingiendo ser amable y ella solo asiente.
Observándola detenidamente, siento que la he visto antes, algo en su rostro se me hace conocido, pero no logro recordar exactamente dónde.
Luego de unos segundos intentando relacionar, mis pensamientos son interrumpidos por el tono de mi celular. Por lo que pido disculpas con la mirada, mientras contesto la llamada.
- ¿Qué tal, imbécil? ¿Muy complicados los exámenes?- le pregunto a Jordan, notando la mirada de disgusto que me lanza Megan. Por lo que cambio de expresión-. Quiero decir, ¿cómo va todo, hermano? ¿Así suena mejor para ti, preciosa?
Jordan rompe en carcajadas, mientras Megan me dedica otra mirada asesina y su amiga se ríe en lo bajo.
- ¿Qué rayos, Ethan? ¿Acabas de llamarme preciosa?- Ahora es mi turno de reír-. Claro que no, es que a una chica no le gustó ese apodo. En fin, ¿cómo van esos parciales?
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La persona correcta en el momento perfecto
RomanceUn chico roto con el alma pérdida. Una chica con un pasado que la persigue. Dos almas destinadas a encontrarse. Ethan Hale no ha tenido una vida fácil. Lidiar con diferentes traumas que han ido marcando y sentenciado su camino, es una tarea complica...