CAPITULO 07

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ANNE

Ya es viernes de nuevo y otra vez la primera clase es la del profesor sexy que me odia, ¿cómo puedo tener tan mala suerte?, aunque creo que ese hombre odia a todo mundo.

Ya todos los alumnos estamos en el salón pues se sabe que con el profesor Hiddleston no podemos llegar tarde, de hecho se me hace raro que no haya sido el primero en llegar.

La campana suena y mi sueño de que haya faltado hoy se arruina cuando después de dos minutos entra al salón con esa aura de autoridad que se carga.

Saco el libro de su materia de mi mochila, cuando alzo la mirada me encuentro con sus ojos sobre mi, lo miro fijamente mezclando el verde de mi iris con su azul, muerdo el borrador de mi lápiz intentando ser sexy pero a la vez verme inocente, entonces es él quien quita la mirada primero.

No se si lo hace porque funcionó un poco mi mini plan del lápiz o para que los demás no se dieran cuenta de que nos estábamos mirando, creo que se siente culpable por lo de su oficina, pero es que esa actuación mía fue un diez de diez.

Medio sonrio recordándola, de verdad creo que debería ser actriz.

—Jóvenes, hable con los demás profesores y estuvieron de acuerdo en hacer un re acomodo de lugares— comienza a hablar —Así que quiero que salga del salón y hagan una fila en la puerta, pegados en la pared, y si escucho una sola queja de su nuevo lugar quedarán suspendidos un dia.

Dios mío, creo que hoy se levanto peor que otros días.

Como siempre ninguno se queja, salimos del salón y hacemos lo que dijo, mis amigos y yo quedamos a la mitad de la fila, cruzamos los dedos para que nos toque juntas.

Cuando llega nuestro turno la primera en pasar es Sofi.

—La de la esquina— le indica la última silla, mi amiga va hasta allá y luego sigue Emma —Justo en la silla del centro— Dios mío, nos va a poner a cada una muy lejos —Señorita Downey, hasta enfrente de la fila de centro.

Ay no, me toco la silla que queda exacto frente a su escritorio.

—Pero...

—¿Quiere la suspensión?— ruedo los ojos —Si vuelve a hacer eso voy a castigarla.

—Opresor— digo entre dientes mientras camino a la silla que me toco.

Me siento molesta poniendo mi mochila sobre mis piernas, recargo mi mentón en mi puño mirando como acomoda al resto de mis compañeros.

Cuando todos ya tienen su nuevo lugar nos indica que hagamos el ejercicio de la página treinta y dos, no tengo ni ganas pero no quiero una calificación reprobatoria así que no me queda más que hacer la actividad.

El ejercicio es lo más fácil del mundo, es sobre lo que deseamos y lo que necesitamos, ponemos lo que cuestan y luego sacamos el total de cada lista, a la primera lo entendí además la explicación en el libro es muy clara, pero tengo que ejecutar mi plan si es que quiero ganar la apuesta así que tomo mi libro y voy al escritorio del profesor.

Espero su regaño cuando alza la mirada para verme pero este no llega, solo hace un gesto para que hable, estoy segura que fue por lo qué pasó en su oficina, le di lástima o tal vez miedo de que dijera que me trato mal.

—Tengo una duda— hablo solo para los dos.

—¿Cuál?

Le pongo mi libro enfrente y sin importarme nada rodeó el escritorio para quedar a su lado, le doy una mirada fugaz a mis compañeros los cuales están atentos a su trabajo.

—Dice que hagamos dos listas, una donde pongamos lo que deseamos y otra lo que...

—Eso ya lo se— ruedo los ojos ante su comentario.

Clase a media noche | Tom Hiddleston Donde viven las historias. Descúbrelo ahora