CAPITULO 60

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ANNE

Cierro la puerta de mi habitación con cuidado ya que tengo las manos ocupadas con el plato en donde traigo los chocolates m&m y el vaso con jugo. Voy directo a mi cama, pongo el vaso en mi mesita de noche, alcanzo mi Mac y la pongo sobre mis piernas para ver mejor a Tom.

Le sonrío y llevo un chocolate a mi boca.

—Te hubieras quedado conmigo— vuelve a decir como por milésima vez en lo que llevamos de la llamada.

—Ya te dije que no se a qué horas llegará mi papá en la mañana, no me quiero arriesgar— meto otro chocolate a mi boca.

—Claro...¿Que te parece Kate?

—Es una linda persona, ademas le gusta mucho a mi papá, se gustan, se les nota, me alegro por el, pensé que se quedaría soltero siempre.

—También lo pensé— reímos —Pero ya viste que no.

—Oye— juego con los chocolates.

—¿Oye?

Sonrío —Mi amor...

—Así me gusta más.

—¿Algún día iremos de vacaciones los dos solos?

—Por supuesto pequeña, a donde tú quieras.

—Quisiera ir a alguna isla, donde estemos solos y que durmamos en una tipo habitación que esté como en el mar, ir a bucear y todo eso— Tom sonríe.

—Me agrada la idea, me gusta el mar, podemos ir estas vacaciones que vienen.

—¿De verdad?

—Si.

—¿Y cómo le haré con mi papá?

—Dile que quieres ir de vacaciones con Sofia y ya, seguro que te dice que si.

—Si...¿y la llevaríamos a ella?

—Si.

—Puedes decirle a Sebastian también y que ellos se queden en el otro lado de la isla, se llevan bien, hablan mucho últimamente, ¿sabias?

—Sabía que hablaban pero no tanto, con razón Sebastian ya no es tan hostigoso como antes.

—Jamas me imaginé que el y Sofia pudieran tener algo, ósea, no que él quisiera.

—Cuando se trata de mujeres, el siempre quiere, claro que jamás había estado con alguien tan menor pero al parecer se le olvidó— río.

—Me imagino que...— miro mi celular cuando esté comienza a sonar.

—¿Quien es?— miro de nuevo a Tom.

—Emma...

—Ah...¿contestaras?— niego y cuelgo.

—No quiero escucharla reclamándome, estoy muy feliz ahora, ¿en que nos quedamos?

—En que...— mi celular vuelve a interrumpir, sin las doce de la noche, ¿que es lo que quiere?

—No puedo creer que siga insistiendo— cuelgo.

—¿Por que no le contestas?

—Por que se que me dirá cosas feas y la verdad estoy harta de sus ataques así que también le dire cosas feas, no me voy a dejar más, total, ya me odia.

—Okay, como quieras pequeña.

—Mejor cambiemos de tema, ¿sabias que el punto G del hombre está atrás?— inquiero comiendo un chocolate.

—No.

—¿No sabias?

—Que no se te ocurra quiero decir— suelto una carcajada —Definitivamente no.

Clase a media noche | Tom Hiddleston Donde viven las historias. Descúbrelo ahora