CAPITULO 27

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MARATÓN 1/4

ANNE

Me subo encima de mi maleta e intento cerrarla pero no lo logro, brinco sobre ella para que cierre un poco más pero ni así, que desesperación, pero cierra porque cierra, no le pienso sacar nada.

—Cierra maldita cosa— sigo brincando —¡Ag!

—Cariño— miro a mi papá cuando se recarga en el marco de mi puerta —¿Que pasa?

—Está cosa no cierra— me mira con diversión —Ayudame.

—¿No crees que llevas muchas cosas?

—Todo es indispensable— niega sonriente.

—A ver pues, te ayudo— se acerca.

No me bajo de la maleta, sólo con la ayuda de mi papá es que se cierra.

—Gracias papi— de un brinco me bajo —¿Ya hiciste la tuya?

—Si, está lista— me siento en la orilla de la cama, él se sienta a mi lado —Amor, te he visto estos días y...estás cabizbaja.

—Para nada— miento.

—Dime la verdad hija, ¿Daniel te hizo algo?, ¿te engañó?, tu solo tienes que decírmelo y yo demando a la empresa de su familia por inconsistencias.

—Pero no tienen ninguna inconsistencia— medio sonríe.

—Para eso soy el mejor abogado— sonrio.

—No es por Daniel— respiro hondo —Estoy peleada con Emma.

—¿Que pasó?

—Pues cosas de amigas, pero ya tenemos muchos días que no nos hablamos.

—Bueno pues tendrán muchos días más para hablarse porque estarán juntas hasta el seis de enero, ustedes son muy unidas, apuesto a que se solucionará todo.

—Gracias papi— lo abrazo —Te amo.

—Te amo— deja un beso en mi coronilla —Ahora iré a terminar unos pendientes porque mañana inician mis vacaciones, estaré en mi despacho.

—Okay— cuando va a salir de mi habitación se gira para verme.

—Por cierto cariño, alguien más irá con nosotros al viaje— frunzo el ceño.

—¿Quien?

—El profesor Hiddleston— alzo ambas cejas.

—¿De verdad?— inquiero sorprendida.

—Si, además de mi cliente hemos formado una amistad, está solo aquí así que decidimos invitarlo, cuando le dije él ofreció la casa que tiene allí en donde iremos— trato de no sonreír.

—Pues está bien papi.

—¿Segura?, lo dude un poco por que es su profesor y no se si ustedes se sientan cómodas...

—Nosotras estaremos bien, nos agrada— sonríe.

—Perfecto, entonces todo bien, apuesto a que te encantará, Tom dice que frente a la casa hay un lago que se congela y puedes patinar así que lleva tus patines.

—Esos fue los primeros que metí en la maleta— ríe.

—Te amo mi amor, estaré en mi despacho— asiento sonriente.

Cuando se va de la habitación corro a cerrar la puerta y después me aviento en la cama soltando una risa, tengo que meter algo más en mi maleta, bueno no, en mi maleta no porque ya no le cabe nada, tomare una deportiva y echaré lo que necesito.

Clase a media noche | Tom Hiddleston Donde viven las historias. Descúbrelo ahora