CAPITULO 31

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ANNE

Acomodo en mi armario la ropa que no use en el viaje, cuando termino pongo la ropa sucia en el canasto en donde va, creo que lo que más odio de regresar de un viaje es desempacar.

Me acuesto en la cama con mi cámara, miro todas las fotos deteniéndome Justo en la que Tom y yo estamos besándonos, nos vemos muy bien, creo que...creo que no haríamos mala pareja.

—Cariño— apagó rápidamente la cámara cuando mi papá aparece en mi puerta —¿Estás ocupada?

—No, ¿qué pasa?— se adentra y se sienta en la orilla de la cama.

—Tal vez salgamos de viaje la otra semana, bueno, sólo el fin de semana.

—¿Por qué?

—Tengo que reunirme con la abogada que vino el otro día, pero esta vez en Londres.

—Papá, ese caso te está tomando demasiado tiempo, ¿de quién es?

—De Tom— me acomodo mejor.

—¿Y de que es?— medio sonríe y niega.

—Es confidencial— se pone de pie —Espero pronto ya acabar con todo.

—Ojalá.

—Iré a descansar, el viaje me tiene agotado, te amo.

—Te amo— sale de mi habitación.

Vuelvo a mirar la foto pensando en el hombre que sale conmigo, ¿en que problema estará metido?

Los siguientes días me la paso aburrida en mi casa, solo hablo con las chicas por FaceTime ya que amabas se resfriaron y eso que fui yo la que me metí al agua casi congelada.

Todos los días miro la foto en donde salimos Tom y yo, siento la necesidad de verlo pero me da miedo parecer intensa aunque en mi defensa después del día en que estuvimos solos ya no pude estar más con él, me da miedo sentir todo esto de que mi corazón lata rápidamente cuando lo tengo cerca o de querer verlo, es algo que no puedo evitar.

Hoy ya es once de enero y oficialmente tengo nueve días sin verlo, pensé que mi papá lo invitaría el día de reyes pero solo fuimos él y yo ese día.

Dejo de mirar el calendario cuando a mi celular llega un mensaje, siento algo en el estómago al ver que es de Daniel, creo que son nervios.

Ignoro el mensaje, me acuesto en la cama y solo pasan unos minutos para que mi celular comience s sonar.

No puedo ignorarlo, tomé una decisión y tengo que decírselo.

—Ho...hola Dani— soy la primera en hablar.

—Hola Ann, ¿cómo estás?

—Bien, muy bien, ¿y tu?

—También, llegue ayer a la ciudad, ¿tu ya estás en tu casa?, claro que si, ya tienes señal.

—Si, hace días.

—Tengo ganas de verte, ¿puedo pasar por ti?— cierro los ojos unos segundos.

—Si, pero no salgamos, sólo pasa a mi casa.

—Está bien, llegaré en unos minutos— parece entusiasmado.

—Adiós— cuelgo.

Respiro hondo pensando muy bien las palabras exactas que le dire, no quiero hacerlo sentir mal, ¿pero como le dices a alguien que siempre ya no después de haber estado con el?, jamás pensé pasar por esta situación.

Se qué tal vez esto está mal, dejarlo solo para que mi amiga tenga la oportunidad de estar con él si es que él se interesa en ella, creo que no sabía lo mucho que la quiero o lo que podía llegar a hacer por Emma hasta ahora, pero es mi mejor amiga, no podría estar con Daniel sabiendo que le gusta a ella.

Clase a media noche | Tom Hiddleston Donde viven las historias. Descúbrelo ahora