CAPITULO 44

4.3K 265 195
                                    

TOM

Bebo de mi café mientras miro la linda vista que me da la terraza en donde estoy. Hoy con Sebastian decidimos que desayunaríamos en el pueblo a una hora y media de la ciudad, es un lugar tranquilo y muy natural, es algo clásico también.

Dejo el café sobre la mesa y mis ojos se posan en Sebastian quien no deja de mirarme expectante desde ayer.

—Dilo.

—¿Que cosa?

—Lo que tengas que decir, que estoy loco, que Anne me hará mal, sólo dilo ya— entrelaza sus manos frente a su plato.

—No lo dire.

—¿Por que?, sabes que aprecio la sinceridad.

—Eres adulto Tom, capaz de tomar tus propias decisiones y te hace feliz así que no lo dire.

—Tienes razón, soy adulto y ella me hace feliz.

—¿Te enamoraste de ella?

—¿Que?

—¿Que si la amas?— lo miro a los ojos pensando en mi respuesta.

—La quiero.

—Es preocupante, dijo que te ama, la verdad se ve muy enamorada y entusiasmada.

—Lo se, ella me dijo también que me ama, de hecho muchas veces— hace una expresión que no logro descifrar su significado —Sebastian, ¿vas a decirlo o no?

—¿Has escuchado la frase de que un clavo saca otro clavo?

—Se por donde va esto y no, esa es mi respuesta, no estoy con Anne solo para olvidar a Elizabeth, no la utilizaría de esa manera— respondo seguro.

—Me alegro de que sonrías otra vez, de que ya no seas un amargado y se que el tema no te gusta para nada, ¿pero que harías si ves a Elizabeth en persona de nuevo?, ¿qué sentirías?

—Sebastian basta.

—No, dime, ¿la amas todavía?

—Seb...

—Tom.

—Si, la...la amo o eso creo, no lo se, fueron dos años de novios y diez de matrimonio, ¿tú dejarías de sentir amor tan rapido?— frunce los labios en un mohín de duda y hasta cierto punto molestia.

—Entonces lo que sientes por Anne, lo que te hace sentir, llega Elizabeth y lo tumba son una simple mirada.

—No entiendo a lo que quieres llegar, de verdad.

—Que si decididos perdonar a Elizabeth, vas a lastimar a esa niña, está muy enamorada Tom, sus ojos brillan cuando te mira y ni hablar de su sonrisa, la destrozarías.

—No lo haré.

—¿Estas seguro?, tu jamás habías sido fiel antes de Elizabeth, eras un mujeriego nato y cuando viste sus ojos verdes todo cambió, en los doce años que estuviste con ella sólo fue ella, luego pasó lo qué pasó y te volviste un amargado de mierda, echándole la culpa al mundo por lo que te hizo, pero viste los ojos verde selva de Anne y volviste a ser el mismo, ahora dime, ¿cuál verde te gusta más?

Cierro los ojos unos segundos.

—Tengo clase exactamente en una hora y media, apenas y alcanzaré a llegar— me pongo de pie, saco dinero de mi cartera y lo dejo sobre la mesa —Te espero en auto.

Salgo de restaurante, mientras espero a Sebastian me fumo un cigarro pensando en todo lo que acaba de decir, por una parte tiene razón, no puedo lastimar a Anne.

Clase a media noche | Tom Hiddleston Donde viven las historias. Descúbrelo ahora