CAPITULO 41

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TOM

El cabello de Anne se mantiene entre mis manos mientras ella está hincada frente a la taza del baño vomitando, me mantengo a su lado dándole apoyo, termino agarrando el cabello con solo una mano y con la otra acaricio su espalda.

Le paso un poco de papel cuando presiona el botón para que se vaya todo el vomito, se limpia y luego se pone de pie.

—¿Te sientes mejor?— niega caminando al lavamanos.

Se enjuaga la boca y se moja un poco la cara, no hay espejo así que va a mi armario que está conectado con el baño, necesito comprar un espejo nuevo.

—Me duele el estómago y todavía no se me quitan las ganas de vomitar, ademas me veo fatal— dice mirándome al espejo.

—Te ves hermosa como siempre— niega —¿Te quieres dormir un rato?

—Tal vez, no se si pueda, siento que vomitaré en cualquier momento— la abrazo.

—¿Quieres ir al doctor?

—No, tal vez durmiendo se me quite— nos separamos, bajo la cabeza para mirarla a la cara y acaricio su mejilla.

—Está bien, pero si te sigues sintiendo así te llevare al doctor.

—¿Y si le internan?, ¿que le dirás a mi papá?

—Eso le vemos luego, ahora descansa un poco, yo estaré contigo.

Salimos del armario, Anne se arropa en la cama conmigo a su lado, la abrazo ya que dice que así le gusta más y espero a que se quede dormida, s she un poco pálida, tiene así desde la madrugada.

Después de cenar vomitó todo, sólo logro dormir como dos horas ya que se levantaba por las náuseas y luego corría al baño a vomitar, me preocupa de verdad.

Mañana en la mañana ya tiene que estar en su casa ya que Robert llega en la tarde, no quiero separarme de ella si está enferma.

Me doy cuenta que se queda profundamente dormida así que me levanto con cuidado y voy a mi oficina por mi MacBook, regreso a la cama y me pongo a trabajar desde aquí, no me le despegaré a Anne para nada.

Mis ojos pasan de la pantalla de mi laptop a Anne cada dos segundos, más cuando se mueve, le toco la frente para asegurarme de que no tenga fiebre y gracias al cielo su temperatura está normal.

Después de una hora y media abre los ojos, va a decirme algo pero se levanta de la cama corriendo y entra al baño, voy detrás de ella y nuevamente la ayudo con el cabello cuando se hinca frente a la taza.

Esta vez son puras arcadas, sólo le sale un poco de jugo gástrico pero nada más y es porque no ha comido nada, pero si come lo vomita.

Se sienta en el suelo y presiona su abdomen.

—Me duele— sus ojos están empañados, tiene otra arcada pero nada, ya no tiene nada que vomitarlo y eso hace que le duela la garganta y la boca del estómago —Me duele mucho.

No soy doctor pero cuando era Niño comí carne que no sabía que estaba echada a perder y fue lo peor del mundo, cuando ya no tenía nada que devolver sólo me daban las arcadas fuertes, por eso me dolió más el estómago y la garganta.

—Iremos al doctor— niega —Si Anne.

—No...

—Ven— la cargo.

Tiene puesta una pijama así que la dejo sobre la cama para ponerme una playera y salgo con ella en brazos, la ayudo a subir al auto y luego subo yo, enseguida me pongo en marcha.

Clase a media noche | Tom Hiddleston Donde viven las historias. Descúbrelo ahora