CAPITULO 08

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ANNE

Sus increíbles ojos azules están puestos sobre mi, mi sonrisa no se quita al igual que su expresión seria prevalece, como siempre.

—¿Pasa un buen rato?— inquiero llevando mi popote a mi boca.

—Lo pasaba, hasta hace dos minutos— ruedo los ojos borrando mi sonrisa —¿Por qué hace eso?

—¿Que cosa?

—Poner los ojos en blanco.

—Hay diferentes situaciones en las que ponemos los ojos en blanco— me mira fijamente —Con usted siempre lo hago porque me molesta.

—Y si la molesto, ¿que hace aquí?— me encojo de hombros.

—Quiero saber porque me odia— bebo de mi piña colada.

—No la odio— bebe de su vaso acabándose el último trago que le quedaba, hace una seña para que le traigan otro —Simplemente mantengo mi relación profesor, alumna.

—Eso está muy claro profesor, y no le pido otra cosa solo que deje de humillarme frente a mis compañeros y que no sea tan duro conmigo.

—Si usted cree que no tolerarle sus niñerías es humillarla, está equivocada— el mesero deja su bebida frente a él —Ahora si me disculpa, voy a otra mesa.

—¿Le da miedo que alguien nos vea y crea que somos amantes?— su intento de ponerse de pie queda a medias.

—No me da miedo eso— me mira a los ojos.

—¿Entonces qué?— me inclino un poco hacia enfrente recargando mis brazos en la mesa.

—Le recomiendo que salga de aquí antes de que alguien le diga al gerente que es menor de edad, sería vergonzoso que la sacaran— toma su vaso y se pone de pie —Buenas noches señorita Downey.

Pasa por mi lado, lo sigo con la mirada hasta que se sienta en un taburete frente a la barra.

Lo que más odio en mi vida es rogarle a alguien, no entra en mi lista de cosas que siempre hago, ni siquiera a mi papá le ruego ya que con solo pedir algo una vez me lo da, no necesito decírselo dos veces.

Y se que para lograr ganar la apuesta voy a tener que rogarle al menos una vez, pero hoy no será, no quiero arruinarme esta noche con su mal humor de siempre, bastante tengo con aguantarlo casi toda una semana.

Me termino mi piña colada, dejo algunos billetes en la mesa y voy directo a la salida, ates de abrir la puerta de cristal le doy una última mirada al profesor Hiddleston y no se si siente mis ojos sobre él ya que voltea, nos miramos por unos segundos antes de abrir la puerta y salir del lugar.

Suelto un suspiro sacando mi celular de la bolsa para pedir otro Uber, me meto a la app pero no hay ningún auto disponible cerca, le pongo buscar rogándole al cielo por que haya alguno.

Ni de loca puedo llamarle a Íker para que venga a buscarme, le diría a mi papá.

No dejo de mirar la pantalla esperando a que un auto aparezca, muevo mi pierna desesperada y...

Pego un pequeño brinco al sentir una mano en mi hombro, miro a la persona que lo hizo y me encuentro con Michael Fassbender, el papá de Daniel.

—Lo lamento, no quería asustarte— se disculpa.

—Señor Fassbender, no lo sentí llegar— suelto una risa nerviosa por el susto.

—Lo note— sonríe —¿Esperas a tu chofer?, se que tu padre está de viaje.

—Eh...en realidad estoy esperando a que algún Uber esté disponible— señaló mi celular —No hay ninguno por ahora.

—¿Y por que no llamas al chofer para que te recoja?

Clase a media noche | Tom Hiddleston Donde viven las historias. Descúbrelo ahora