CAPITULO 49

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ANNE

—Están en el jardín todavía, creo que Jake se quedó dormido de lo borracho— susurra Sofia haciendo una seña para que bajemos.

—Que poco aguanta— dice Emma en un mismo tono.

—Tom ya está esperándome, tengo que apresurarme.

—Bien, salte, yo te echo aguas— me dice Sofia mirando hacia el jardín.

—¿Por que le vas a echar agua?— le pregunta Emma y la mexicana rueda los ojos.

—Es un decir de que yo le aviso...olvídalo, sal ya o se darán cuenta— asiento y voy a la puerta tratando de no hacer un solo ruido.

—Gracias, las amo— ambas me hacen una seña para que salga de la casa.

Con sumo cuidado cierro la puerta para que nadie escuche, cuando me aseguro de que esté cerrada me apresuro a la salida casi corriendo, es algo complicado con los tacones.

Cuando estoy en la banqueta miro a ambos lados, Tom esta estacionado a unos cuantos metros a las derecha, sonrío mientras camino hasta él, esta recargado en el cofre de su auto, al llegar lo abrazo y corresponde de inmediato.

—Hola— me estiro un poco para dejar un beso en sus labios.

—Hola, subamos o nos verán— toma mi mano y me guía hasta la puerta que me abre y cierra cuando ya estoy dentro del auto.

Se pone en marcha en cuanto sube a mi lado, pongo un poco de música para hacer más ameno el ambiente aunque ya lo es y demasiado.

—¿A donde vamos?

—Ya lo verás.

—Ya quiero llegar, apuesto a que me va a gustar.

—Espero que más que las rosas de Fassbender.

—¿Como sabes que fue él?— me mira de reojo.

—Decía D en la tarjeta.

—Pero solo de la Rosa de oro.

—No es difícil atar cabos.

—Pues si, fue el, me lo dijo.

—¿Lo llamaste?

—Le envíe un mensaje agradeciéndole y me lo dijo.

—¿Por que no se las devolviste?— frunzo el ceño.

—¿Por que?, es un regalo y me gustaron.

—Pues a mi no le pareció nada bien, deberías decirle que tienes novio y que deje de joder— ruedo los ojos.

—No.

—¿No?— frena en un semáforo, lo miro y el también a mi.

—¿Que le voy a decir?, ¿que soy novia del profesor?

—No Anne, no necesitas darle explicaciones, solo decirle que no te mande regalos porque tienes novio y ya, y se las devuelves.

—Pues no se las voy a devolver solo porque tu me lo dices, me gustan las rosas y me gustó el regalo, no tiene nada de malo Thomas— estoy comenzando a molestarme.

—¿Quieres rosas?, pues yo te las doy para que no tengas la necesidad de aceptar nada.

—Eres un idiota, yo no tengo la necesidad de nada pero es un detalle que él tuvo por mi cumpleaños y no se las voy a devolver.

—Eres tan terca, ¿que no piensas en mi?— vuelvo a poner los ojos en blanco.

—Ay no me vengas con manipulación barata Tom, en ti es en lo único que pienso pero no por eso voy a ser grosera, ademas son mías no tuyas así que deja el drama.

Clase a media noche | Tom Hiddleston Donde viven las historias. Descúbrelo ahora