CAPITULO 54

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TOM

La nariz me duele cada vez que intento respirar, la verdad me duele hasta si me muevo, siento que se me va a caer, al menos ya dejó de sangrar.

No puedo creer que Anne me haya roto la nariz, ni siquiera sabía que pegaba tan fuerte, creo que si se lo hubiera dado a Emma la hubiera noqueado.

Aunque estoy casi muerto del dolor, mi mente no sabe pensar otra cosa que no sea en la pequeña de ojos verdes, verla y no poder hablarle ni tocarla porque se supone que estoy enojado con ella y estoy decepcionado, me está matando.

Se supone que no debería quererla a mi lado, pero es todo lo contrario, que haya atacado a su amiga me hace pensar qué tal vez, solo tal vez, pueda que diga la verdad y ella si me ame como yo a ella.

Aún así, no puedo superar que me haya apostado, eso explica porque su cambio de humor conmigo tan de repente, por qué pasó de odiarme a seducirme de un día para otro, pensé que su respuesta sería no cuando le pregunté, tenía toda la esperanza de que fuera así, en cambio su si me hizo derrumbarme y no hice nada más que beber todo el fin de semana.

Me siento tan decepcionando, traicionado, no me esperaba nada de esto.

—Entonces si eres tu— abro los ojos —¿Que te pasó?

Ahora me duele más la cabeza de ver a Jake aquí.

—¿Que haces aquí?— inquiero tajante, ni siquiera pensé en el dolor que llega a mi cabeza y nariz.

—Es mi hospital— sonríe —No pensé que fueras el Thomas del que todas mis enfermeras hablan, hasta con la nariz así piensan que eres atractivo.

Claro que lo soy, más que el.

—Seguro tú no tienes esa virtud— suelta una risa como si lo que dije fuera una broma.

—No lo se, a mi no me han roto la nariz.

—¿Podrías no hacerme hablar?

—Comprendo, te revisaré.

—No...mierda— musito ya que me duele al intentar moverme —Ya me están atendiendo.

—Mi enfermeras solo controlaron la hemorragia pero si no te reviso y te curo bien volverás a sangrar, acuéstate.

—No, no es ético, nos conocemos— ríe.

—Es solo la nariz Tom, relájate— se pone los guantes.

No me queda de otra más aceptar que me revise, trato de no hacer muecas de dolor ya que de verdad me duele, Anne golpea muy fuerte, creo que en su otra vida fue boxeador o algo así.

—Pediré que preparen todo para unos rayos X de tus senos paranasales— se quita los guantes —Ya vuelvo.

Ojalá que no vuelva.

No puedo verlo sin recordar que estuvo en la cama con Anne, o en este hospital, ag, es un idiota, seguro no la complació tanto como yo lo hago.

Cierro los ojos para que se me pase el dolor un poco, la pastilla que me dieron las enfermeras me hizo efecto pero creo que se me está quitando.

Escucho que la puerta es abierta y la cierran otra vez, no abro los ojos ya que pienso que es Jake pero cuando la persona se acerca más a mi y huelo su perfume femenino se que no es el.

Es Anne.

Sigo sin abrir mis ojos, siento que toca mi mano, luego su respiración cerca de mi rostro y por último sus labios contra los míos en un tierno y suave beso.

Abro los ojos, ella se despega de mi cuando muevo mi mano, se aleja pero sus ojos verdes siguen conectados con los míos, ¿por que tiene que ser tan hermosa?

Clase a media noche | Tom Hiddleston Donde viven las historias. Descúbrelo ahora