Clase a media noche | Tom Hiddleston

CAPITULO 24

ANNE

Tom pasa su pulgar por mis labios entreabiertos mientras que su otra mano aprieta mi cintura y yo no dejo de moverme sobre él.

Me inclino para besar sus labios, adoro como besa, es tan experto.

—Profesor...— gimo llegando al orgasmo.

—Ven aquí— pasa su mano por mi cuello y me hala para besarme de nuevo, en medio del beso aprieta mi piel y suelta un expendido gemido haciéndome saber que llegó al orgasmo también —Eres tan buena.

Vuelvo a besarlo, me muevo unos segundos más teniéndolo adentro, luego me separo de él y me siento a su lado apartando algunos mechones de mi cabello que se pegaron a mi rostro.

Estoy un poco sudada, llevamos en la cama desde que llegamos a su casa.

—¿Que hora es?— pregunto con la respiración ya más calmada.

El profesor mira la hora en su celular.

—Tres y media— suelto un suspiro.

—Ya acabó la clase— me mira —Pero todavía tengo algunas dudas profesor.

—¿Ah si?, ¿son muchas?— se sube encima mío.

—Pues más o menos— acaricio sus hombros, él deja un beso en mi cuello.

—Haré que no te queden más dudas— besa mis labios, deja un camino desde ellos hasta mis pechos los cuales los vuelve suyos en cuestión de segundos.

—Profesor...— jadeo cerrando los ojos.

Su mano viaja a mi intimidad, mete un dedo en mi interior y con su pulgar estimula mi clitoris, muerdo mi labio inferior ante la sensación.

Va a insertar otro dedo pero se detiene cuando su celular comienza a sonar, intento retenerlo pero se sienta a mi lado y toma el aparato.

—Ese Sebastian es tan inoportuno— me quejo ya que también veo quien le llama.

—Será rápido— pulsa el icono verde —¿Que pasa Sebastian?— es lo primero que dice cuando contesta.

Me bajo de la cama y voy a su baño para darme una ducha rápida, salgo envuelta en una toalla gris casi blanca, él sigue hablando por celular, está sentado en la orilla de la cama dándome la espalda.

—Si ya veré eso, su abogada vino este fin de semana y si no...aja, exacto, no quisiera pero lo hace dificil así que probablemente eso pase, hablaré con Robert para ver qué se puede hacer, quiero que todo esté lo antes posible— me mira —Tengo que colgar, hablamos después, adiós.

Deja el celular en su mesita de noche, se sienta de forma que su espalda está pegada a la cabecera de la cama, me pongo de pie y recojo mi ropa del suelo para comenzar a vestirme.

—¿Que es lo que hace mi papá para ti?— inquiero poniéndome mi ropa interior.

—Es privado— lo miro.

—Ay vamos, ¿mataste a alguien?, ¿alguien no te pagó?, ¿alguna alumna te demandó?— niega.

—No me gusta hablar del tema y es un no a todas tus preguntas.

—Sabes, me sorprende que no estés enojado ahora mismo, siempre que te llama tu amigo te dice algo que te hace enojarte con todos.

—Es que hoy estoy relajado— alzo una ceja —De más.

—¿Y eso a que se debe?— medio sonríe.

—Tal vez una adolescente de ojos verdes y rostro estrellado— frunzo el ceño.