CAPITULO 16

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TOM

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TOM

No estoy pensando, definitivamente no estoy pensando con claridad al ir conduciendo directo a mi cada con Anne Downey a mi lado, y es que definitivamente no estoy pensando con la cabeza de arriba.

¿Pero cómo hacerlo?

Si esta niña fuera un pecado capital en persona sería la lujuria y lo sabe muy bien, sabe todas las virtudes que tiene y cómo seducir a un hombre.

Todas esas veces en los que se ha inclinado de más haciendo que la falda se le suba, cuando se quita el suéter dejando ver cómo su camisa o playera se transparenta, sus canciones o comentarios lividinosos, se que no son casualmente y lo pude confirmar con lo qué pasó en mi casa.

Así como también cedí ese día.

Sabía que era mala idea, pero más mala idea fue beber con ella y jugar a ese juego que te hace quemarte a ti mismo, no entiendo la lógica, ¿quien quiere que todo mundo sepa sus mentiras o cosas prohibidas?

Pero lo jugué y no pude resistir el tenerla tan cerca y tan dispuesta para mi, no se de donde saque la fuerza de voluntad para no hacerla mía allí mismo, por que en verdad lo deseaba, lo deseo.

Llevo más de dos meses evadiendo esto, desde el primer día que la vi sentí algo, esos ojos verdes me hipnotizaron, es un verde que no había visto nunca, se me hizo linda, una linda chica y pensé que quedaría así, solo en pensar que es bella, pero no.

Paso de solo pensar que es hermosa a querer estar entre sus piernas, y no tengo idea del porqué, jamás me había gustado alguien mucho más chica que yo y sinceramente me siento como un enfermo por desear a una adolescente.

Soy un pésimo profesor, aunque considerando que es mi primera vez siéndolo, ¿eso lo excusa no?, por mi mente nunca pasó enseñar a adolescentes, no lo necesito, es decir, soy millonario no tengo la necesidad de este empleo pero mi mente lo necesitaba, necesitaba despejar mi mente un rato.

Olvidarme de mi matrimonio fallido de diez años.

Quise venir aquí para olvidarme de que fracasé en algo, de que algo no salió bien en mi vida y tal vez por esa falla me la he pasado ligando cada viernes en un bar, y hoy no fue cien por ciento diferente, estaba en un club, de noche, la única diferencia es que la chica a mi lado no tiene veinticinco si no diecisiete.

Su mano deshaciendo el nudo de mi máscara me hace mirarla de reojo, con una media sonrisa me la quita y se la pone, sigue con mi sombrero poniéndoselo también.

—Ahora soy...la zorra— se acomoda el sombrero.

Solo se deja el sombrero unos segundos ya que después lo deja en el asiento de atrás, se acerca a mi y deja un beso húmedo en mi barbilla, así deja varios en mi cuello.

Clase a media noche | Tom Hiddleston Donde viven las historias. Descúbrelo ahora