CAPITULO 18

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ANNE

Juego con la comida en mi plato mientras mantengo mi mentón recargado en mi puño, estoy enojada, no puedo creer que Tom me haya dejado con las ganas, ¿que es más importante que el sexo?, nada, nada es más importante que el sexo.

¡Ag!, ojalá le duela el pene y se lo tengan que cortar, no, lo último no, sería como perder la octava maravilla del mundo.

—Cariño, ¿estás bien?— miro a mi papá.

—Si papá.

—Mmm, no lo parece, no has comido nada.

—Es que no tengo mucha hambre, pero estoy bien, te lo prometo— sonrio.

—Okay, como no me quieres decir y cómo no me gusta ver a mi princesa así, ¿qué tal si vamos de compras?— amplio mi sonrisa.

—¿De verdad?, pero no es nuestro día especial.

—No importa, hago lo que sea por ver a mi bebé con esa sonrisa que me gusta— me pongo de pie y voy a abrazarlo para dejar un beso en su mejilla.

—Voy a quitarme el uniforme y nos vamos— ríe.

—Está bien cariño, te espero— me voy corriendo a mi habitación.

Me despojo de mis prendas y voy al armario en donde me pongo unos pantalones negros de cuero y un suéter blanco tejido, mis Nike y listo, bajo corriendo con mi celular en la mano.

—Estoy lista papi— me paro con una sonrisa frente a él.

—Vamos— salimos de la casa.

En el centro comercial entramos a todas las tiendas que yo quiero, de todas las marcas, mi papá también aprovecha para comprarse algunas cosas aunque de veinte bolsas, diecinueve son mías.

Paseamos por todo el lugar conmigo corriendo como cabra loca, parece que me dieron algún tipo de energizante, a lo ultimo que llegamos es a una tienda de maquillaje en donde elijo una base Dior que ya tenía muchas ganas de comprar porque es ligera, corrector y un labial rojo espectacular, no pensé que fuera a ser tanto dinero pero solo el labial costó doscientos dólares, así que si fue mucho en esas tres cosas.

Ya vamos a irnos pero miro una tienda de lencería así que corro hasta ella.

—¡Anne despacio, ya me duelen los pies!— me detengo al escuchar a mi papá así que espero a que llegue a mi —Y los dedos de tantas bolsas que traemos, si que estabas deprimida.

—Un poco, espérame aquí, yo entro— asiente y se sienta en una banca que está afuera del local.

Me paseo por toda la tienda eligiendo conjuntos sexys, rojos, negros, blancos, azules, echo varios a la canasta, por último tomo uno que prácticamente son puras giras y seguramente no cubrirá nada pero claramente de algo me va a servir.

Cuando ya voy a pagar me regreso para también comprar ropa interior para el diario, ahora si estoy lista.

—Ya podemos irnos— le digo a mi papá el cual estaba en el celular.

—Perfecto, porque ya no puedo cargar ni una bolsa más— suelto una risa.

—Que exagerado— medio sonríe.

Caminamos alegremente hasta el auto, varias señoras y jóvenes también miran a mi papá pero él pasa de ellas olímpicamente, sigue con su afán de estar soltero y no tener a nadie más por mi mamá, es lindo, pero se que a ella le hubiera gustado que él rehiciera su vida.

En el auto pongo un poco de música, mi papa me invita a cenar así que elijo hamburguesas, pedimos por el auto en Carl's y nos vamos a la casa.

—Oye papá, ¿cuando fue la última vez que saliste con una mujer?— me observa de reojo rápidamente.

Clase a media noche | Tom Hiddleston Donde viven las historias. Descúbrelo ahora