CAPITULO 66

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TOM

Mantengo mi vista fija en mis manos entrelazadas, no se que está pasando, estaba hablando con Charlie y de un momento a otro el policía le dijo que lo necesitaban, tengo dos horas esperando a que regrese, necesito saber qué pasa.

No quiero ponerme paranoico y pensar que ya me darán treinta años de prisión y saldré cuando este viejo, creo que pasar mucho tiempo con Anne me hace pensar así, a veces es un poco exagerada.

Alzo la cabeza cuando la puerta se abre, me sorprendo al ver a Robert entrar, me mira con expresión de molestia, es obvio que si, me odia.

Me pongo de pie cuando cierra la puerta.

—Robert...

—En una hora podrás irte— me interrumpe y no creo lo que dice —Retire la demanda y no habrá expediente alguno que diga que estuviste aquí por estupro.

—No entiendo— mira al techo unos segundos.

—Que eres libre, ¿es eso lo que no entiendes?

—¿Por que me estás dejando ir así como así?, no confío...

—¿Tu me vas a hablar de confianza?, es muy hipócrita de tu parte.

—Se que piensas que te traicione, que abuse de tu confianza pero...

—Lo hiciste Tom, yo confié en ti, dejaba que mi hija estuviera a solas contigo, que se subiera a tu auto, y tu lo único que hiciste fue aprovecharte.

—No es como lo piensas, yo no planeé enamorarme de Anne ni que ella se enamorara de mi— ríe amargamente.

—¿Enamorados?, ay dios, es que me parece algo ridículo, ¿que no sabes cuantos años tiene o te haces el ciego?, ella tiene dieciocho, tenia diecisiete cuando todo comenzó, a esa edad creemos estar enamorados— niego.

—Tu te enamoraste de la mamá de Anne a esa edad.

—Pero no teníamos diferencia de edad, ello no era una niña ni yo era un adulto Tom— se acerca más a mi —Ademas, ¿quien me asegura que no juegas con ella?, hasta hace poco dudabas de divorciarte y seguís sintiendo cosas por Elizabeth.

—Tienes razón pero yo...

—Basta, no quiero escucharte, ya te dije lo que quería, estás libre— va a la puerta.

—¿Y porque tu cambio tan drástico de decisión?, ¿por que me dejarás ir así como así?

Me mira nuevamente —Por que no quiero que mi razón de vivir me odie.

Busco sus ojos, puedo notar la tristeza que emanan.

—Anne no te odia, jamás lo haría.

—Sus palabras no dicen lo mismo— niego.

—Créeme, ella jamás podría odiarte.

—Si, si te meto a prisión lo hará, me odiará si lo hago y lo peor es que piensa que es porque estoy en su contra, pero lo único que quería era proteger a mi niña, igual lo hice tarde.

—Robert...

—Si de verdad querías hacer las cosas bien Tom, debiste esperar, esperar a que ella madurara, esperar tal vez unos tres años más y así saber si realmente están destinados a estar juntos.

—Lo lamento— digo sincero.

No me dice nada, solo sale de la habitación dejándome con un mal sabor de boca.

No es lo que yo deseo para Anne, yo no quiero que ella esté mal con Robert, lo adora y que ahora le diga que lo odia...dios, su vida era perfecta antes de envolverse conmigo, su relación con Robert está dañada y no puedo evitar sentir culpa, se supone que yo era el adulto, mi papel era el de tomar una decisión correcta y madura, no dejarme llevar y desviar su vida.

Clase a media noche | Tom Hiddleston Donde viven las historias. Descúbrelo ahora