Alexa camina a mi lado, creo que estacioné mi auto demasiado lejos, y en la carrera nos alejamos demasiado.
— Estoy cansada —dice y se sujeta de mi brazo, haciéndome detener.
Ruedo los ojos.
— Vamos Bambi.
— Odio que me digas así.
No puedo evitar sonreír.
— Lo sé.
Ella me suelta y cuando volteo la veo sentada en el suelo abrazada a sus piernas.
— No quiero caminar —Se queja.
No puedo creer que la chica patea traseros se esté comportando como una niña pequeña.
— ¿Dónde vives? Pagaré un taxi para que vuelvas.
— ¿Crees que te diré mi dirección? —Me saca la lengua.
Me agacho frente a ella y sujeto sus hombros, las personas que caminan a nuestro alrededor se nos quedan observando, aunque eso no es importante en este momento.
— No seas infantil, necesitas volver a casa —trato de explicarle.
— Es que... —Sus mejillas se tornan de un color carmesí y aparta su mirada de la mía—, no recuerdo mi dirección.
La miro con incredulidad y bajo la cabeza, no sé si reír o llorar.
— ¿Alguna casa de una amiga? —cuestiono y niega con la cabeza, suspiro cansado—. De acuerdo, te llevaré con Justin.
— ¡No! —exclama—. No quiero que me vea así, no puedes llevarme con él —dice ahora en un tono bajo y esconde su cara entre sus brazos.
¿Por qué esta chica era tan complicada?
« No puedo creer lo que haré. » Pienso.
— De acuerdo, pero debes levantarte de ahí —Le digo.
— Está bien —Me pongo de pie y la ayudo a levantarse, pero trastabillea, se sujeta de mi brazo y quita sus tacones—. Está frío —expresa al pisar el suelo.
— Eres tan descuidada —expreso acercándome a ella y me coloco en su frente, sujetando sus muslos y en un movimiento la elevo del suelo cargándola a mi espalda mientras ella se aferra a mi cuello y sujeta sus tacones.
— Puedo caminar sola —expresa con su lengua algo enredada.
— Si, si, lo que tú digas —comento—, ¿sabes? Borracha me caes mejor.
— No estoy borracha —Niega rotundamente, aun en este estado sigue siendo orgullosa.
— ¿Por qué te emborrachaste de ese modo? —cuestiono.
— No sé —dice—. Ni siquiera quería salir hoy pero mis amigas me arrastraron hasta el bar y desaparecieron, luego empecé a beber y no pude parar, ¿tu hermano se sentirá así de mal?
« Así que ella también está sufriendo. »
Esta versión de Alexa es más habladora, por lo menos me responde sin lanzarme una palabrota por el medio.
Y se me prendió el bombillito.
— ¿A dónde vas después de la universidad? —cuestiono.
— A...un lugar —niego ligeramente con la cabeza mientras la acomodo para cargarla mejor, ni borracha se va de lengua.
Minutos después por fin llego a mi auto, abro la puerta y la dejo con poca sutileza en los asientos traseros, me enderezó y la observo, está acostada sobre los asientos, y mantiene sus ojos cerrados.
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Perfectamente imperfectos
Teen FictionUna chica con un pasado incierto causa la curiosidad de uno de los herederos más poderosos de la universidad privada a la que asiste. Un chico bajo la presión social de su padre tiene la ideología de que debe ser la imagen de la perfección. Un reenc...