Capítulo 52: Primera cita

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— ¿Ustedes dos están saliendo? —Justin no parece muy feliz.

« Me siento en medio de uno de los Kdramas de Erika. »

— Eso no te importa —Le respondo y miro a Dylan—. Salgamos de aquí.

Él solo asiente con la cabeza y, aún con su mano en mi cadera, caminamos hasta alejarnos de ahí.

Unas calles más adelante ya ambos caminamos con nuestro espacio personal.

— Iré a casa —aviso—, devuélveme el móvil.

— No lo haré, y no irás a casa aún —dice seguro de sí mismo.

— Tú no me mandas —Le digo.

— Comeremos pizza y te compraré patatas fritas —La boca se me hizo agua.

— Bueno...solo iré por curiosidad —murmuro.

— Qué fácil eres de convencer Bambi —Se burla.

Bufo.

— No hagas que mi opinión cambie.

— Vale, vale, vamos, dejé mi moto cerca.

— ¿No has sacado tu coche del depósito? —pregunto extrañada.

— Iré mañana —Se encoge de hombros.

Al llegar a su moto lo miro de reojo y luego al transporte hermoso, negro y aerodinámico que se carga.

— Toma —volteo hacia él y por reflejos atrapo lo que me lanza, dándome cuenta de que me ha entregado las llaves—, conduces tú —avisa.

Mis ojos deben brillar en estos momentos.

— ¿En serio? —asiente con su cabeza y se acerca a mí, colocando el casco oscuro con el visor sobre mi cabeza.

— Solo no provoques un accidente —advierte y río mientras monto en su vehículo, él monta tras de mí y se abraza a mi torso.

— Siento que te estás aprovechando de la situación —comento burlesca poniendo la marcha.

— Es por mi seguridad —Le escucho a través de los intercomunicadores de los cascos.

— Fingiré que te creo —digo viendo el GPS en la pantalla de la moto que me señala la ruta establecida a la cual ir.

(...)

Una media hora después ambos estamos sentados en una pizzería esperando nuestro pedido en la mesa asignada, sonrío al ver el local, es algo pequeño pero muy acogedor, me gusta el ambiente del lugar.

— Por cierto, toma —Dylan me extiende mi móvil y lo tomo.

Enciendo la pantalla y escribo mi contraseña, frunzo mi ceño al ver que abre en el menú de apk, pensé que había dejado abierto el...

— ¿Sabes? Me dejaste traumado con lo que lees —comenta y le miro con sorpresa—, no pongas esa cara, dejaste el wattpad abierto.

Se me fue el alma del cuerpo.

— ¿Cómo pudiste...?

— ¿Saber tu contraseña? —Me mira con perspicacia—, libros132 no es la mejor contraseña del mundo —Se burla.

— ¿Cómo demonios sabías que esa es mi contraseña? —pregunto enojada.

— Tu pasatiempo más tu número de la suerte —dice sin más y me quedo aún más sorprendida, no le he dado mi numero de la suerte a nadie, él sonríe hacia mí, como si pudiera saber mi interrogante—, pasas el día con la nariz metida en los libros, y en la página 132 está tu escena favorita de tu libro favorito, no pasaste la página durante tres días.

Perfectamente imperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora