Pov Dylan
Llega el lunes, detesto los lunes, sobre todo el levantarme temprano. Conduzco hasta la universidad y en la parada cercana a la edificación veo a la castaña de ojos azules bajar de la carroza de gérmenes llamada autobús.
Realmente no sé como puede viajar en esa cosa llena de personas.
Estaciono en el aparcamiento de la escuela y bajo de mi auto. Las chicas que están cerca me observan detalladamente y otras me coquetean de lejos. Ignoro esto caminando hacia el interior de la universidad.
Tengo sueño, los lunes deberían ser ilegales.
Las clases comienzan y presto atención a estas, por un momento desvío mi mirada a Alexa, no se ve desanimada pero...
Tengo certeza de que no me debería guiar por su apariencia.
Esta chica tiene la capacidad de verse radiante cuando por dentro su mundo se hace pedazos.
En el horario de receso la busco en la biblioteca, efectivamente la hallo, como siempre, con un libro en sus manos. Me siento a su lado y me observa curiosa.
— ¿Ocurre algo?
— ¿Estás bien? —pregunto.
Suspira con pesadez.
— Ya te enteraste —afirmo.
— Escucha, en serio Justin llevó a nuestra prima a casa, ayer llegó, y quiso ir a...
— Detente —dice cortando mis palabras y palmea mi espalda—. No tienes por qué justificar a tu hermano, sea lo que sea, pudo haber esperado por mí, no enviarme un mísero mensaje de texto —expresa.
No puedo argumentar nada ante esta lógica.
— Lo siento —digo.
Ella resopla — No fuiste tú quien me dejaste plantada Archer, no tienes nada que sentir.
Justin se está comportando realmente como un imbécil, en todos los sentidos.
— Tranquila, todo se arreglará —aseguro.
(...)
Las clases terminan y conduzco hacia la casa de mi querido hermano. Estaciono y toco la puerta, a los pocos segundos él abre.
— ¿Dylan? ¿Qué haces aquí? —cuestiona.
— Tenemos que hablar —digo y me adentro a su casa.
Cuando ambos estamos sentados lo observo por un momento, contando hasta diez mentalmente antes de explotar y decirle barbaridades que se merece.
— Dime, ¿aún te gusta Alexa? —suelto sin tapujos y se sorprende.
— ¿A qué viene esa pregunta? —Su ceño se frunce ante mi interrogante.
— Ayer la dejaste sola en un parque de atracciones —Le recuerdo.
— Kat comenzó a llorar ¿Qué querías que hiciera? —replica.
— Sabes como es ella cada vez que nos ve con una chica, aunque sea hubieses esperado a Alexa, ¿qué demonios te pasa?
— Ella se subió a la montaña rusa, si se hubiese quedado conmigo nos hubiésemos ido juntos.
— ¡¿Acaso todo siempre tiene que ser sobre ti?! —exclamo molesto y me he puesto de pie, tengo unas fuertes ganas de golpearlo.
— ¿Por qué te enojas?
— ¡Porque eres un maldito estúpido!
— Ella ni siquiera sufrió un poco cuando rompimos, no me buscó, ¿qué querías que hiciera?
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Perfectamente imperfectos
Teen FictionUna chica con un pasado incierto causa la curiosidad de uno de los herederos más poderosos de la universidad privada a la que asiste. Un chico bajo la presión social de su padre tiene la ideología de que debe ser la imagen de la perfección. Un reenc...