Capítulo 25: Lágrimas de Bambi

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Pov Justin

Camino hacia la salida de la casa cuando una voz me detiene.

— Jus, ¿a dónde vas? —pregunta Luz.

— A caminar —respondo simplemente.

— ¿Puedo ir contigo? —Asiento con la cabeza.

Ambos caminamos por la arena y lo que esperé que fuese una caminata tranquila se convirtió en el irritante sonido de la voz de mi acompañante, quien no paró ni por un segundo de hablar sobre sí misma.

Me desconecto de sus palabras cuando noto más adelante dos figuras en la arena, frunzo mi ceño al percatarme de quienes son.

— Oh, parece que no solo nosotros pensamos en una caminata —comenta Luz.

Ambos conversan de manera tranquila, ella sentada y él acostado, me siento inquieto al verlos de esta manera tan cercana.

— Vayamos con ellos —expresa Luz.

— No, espera... —trato de impedírselo pero es tarde.

— ¡Oigan! —grita haciéndolos voltear.

Nos acercamos a ellos.

— Ustedes dos tienen una química especial, se ven bien juntos —dice y los tres hacemos una mueca ante esto.

— Luz, en serio, tu voz me molesta —dice con sinceridad Alexa.

Esta se mofa.

— Por lo menos no soy una aburrida.

— ¿En serio? No veo a nadie alegre con tu presencia —Le responde cortante.

Esta abre la boca indignada y su mirada va a mí, sin embargo yo desvío la mía, da un pisotón en el suelo y se aleja humillada.

— Luz, espera —pido pero ella no se detiene, miro a Alexa molesto—. ¿No puedes ser un poco más sutil?

— Prefiero ser sincera y no hipócrita —Se encoge de hombros.

— Claro, se me había olvidado que no eres una persona sensible, gracias por el recordatorio —Me volteo dirigiéndome por donde mismo se había ido la peliazul.

Pov Dylan

Veo a Justin darnos la espalda y aprieto mis puños a mis costados, observo a Alexa quien aprieta su mandíbula.

— Bambi, no le hagas caso, eso no...

— Sí, es cierto —asegura y se pone de pie—. Iré a caminar un rato.

— Alexa —Me pongo de pie pero ella levanta una mano en señal de que me detenga.

— Solo, necesito estar sola —asegura marchándose.

Frunzo mi ceño y me dirijo a paso rápido hacia la casa, Justin es un completo imbécil, fue cegado por falsos rumores y ahora por unas simples palabras ataca a la chica de la cual hasta hace un par de días decía amar con locura.

Estoy a punto de tomar la manilla y abrir cuando escucho la conversación en el interior.

— ¡Me ha humillado Justin! —Se queja la chica.

— No lo dijo en serio —Oh, yo le aseguro que sí.

— Es cierto, ninguno de ustedes me quiere aquí, ha sido una mala idea venir —asegura.

— Eso no es cierto, eres mi invitada, ¿si no te quisiese aquí por qué te invitaría?

— ¿Tal vez para darle celos a esa chica? —responde esta—. ¿Crees que no noto como la miras? ¿Qué pasó entre ustedes?

Perfectamente imperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora